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jueves, 23 de febrero de 2012

¿Parte de la cultura cubana?

Je veux vous dire

Je veux vous dire en vers pourquoi, chère madame,
Des fats trouvent coulant le beau parler cubain:
C'est en vers que les hommes doivent parler aux femmes:
Le genou sur la terre, le bouquet dans la main.
Des fleurs! vous faut-il plus, vraiment, pour le bonheur?
Ce sont de grands rubis, les bons coquelicots:
Quand on n'a pas tout près, pour vous l'offrir, la fleur,
Porquoi ne pas pétrir la fleur avec des mots?


Este poema, quizás el más circunstancial dentro de la circunstancialidad martiana, fue escrito originalmente en francés, en medio de un exilio agónico.

Aunque cuenta con una traducción al español realizada por Cintio Vitier que también descubrí cuando aún yo era un estudiante universitario, y una versión cantada por Amaury Pérez, el poema original lo hallé hace muchos años.

Por esa época yo estudiaba francés y me agradó el hallazgo y hasta me salvó del fundamentalismo pueblerino cuando lo enarbolé como justificación para no aprender el solidario ruso y guardar distancia del inglés que por entonces era el idioma del enemigo.

Han pasado más de cuarenta años, y lo he vuelto a recordar gracias a Ambrosio Fornet y cierto guirigay que se ha instaurado en la localidad cibernáutica cubana como consecuencia de un panel que se desarrollara en la Unión de Escritores y Artistas de Cuba en el que participaron los escritores Reinaldo González, Leonardo Padura y Senel Paz, a propósito de un acercamiento con los artistas e intelectuales del exilio.

Desde el podio del nuevo altercado teórico he visto fluir verdaderas y cuidadosas filigranas retóricas que intentan justipreciar el derecho y el envés de la novedosa alharaca y se ha instalado en mí – aparte de todas las que me corroen- una incertidumbre más.

¿Será este poema cursilón, apresurado y meloso parte de la cultura cubana a pesar de haber sido escrito en la lengua con que Froncoise Rabelais trazó sus más pantagruélicos, mordaces y escatológicos insultos y José María de Heredia –otro que siempre ha sido excluido- sus delicados Trofeos para lustre del parnasianismo?

¿Será este poema que por elogio, quizás solo tuvo el rubor decimonónico de una madame de corset y miriñaque que lo leyó escrito a mano y en una mínima esquela, sin más impacto ni trascendencia estética, parte de la cultura cubana?

¿Será, en fin, este pobre poema escrito en el exilio –como casi la totalidad de la obra martiana- parte de la cultura cubana?

Según la nueva canónica debatida en la actualidad tiene cincuenta y cincuenta de probabilidades.

1 comentario:

  1. como bien dices, otro tarea pendiente para la historia de la cultura y la politica cubana! como otras tantas cosas de nuestra isla! voilà ça que nous arrive!!

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