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sábado, 31 de marzo de 2012

Sábado de poesía con Oliverio Girondo


Oliverio Girondo, Nació en Buenos Aires, Argentina, en 1891 Estudió Derecho. Publicó en 1922 su primer libro de poemas, Veinte poemas para ser leídos en el tranvía, más tarde Calcomanías, en 1925; Espantapájaros, en 1932; Persuasión de los días, en 1942; Campo nuestro, en 1946 y; En la masmédula, en 1954, obra que  constituye en su libro más audaz en el campo de la poesía. También incursionó en la pintura. Falleció en 1967.

¿Dónde?

¿Me extravié en la fiebre?
¿Detrás de las sonrisas?
¿Entre los alfileres?
¿En la duda?
¿En el rezo?
¿En medio de la herrumbre?
¿Asombrado a la angustia,
al engaño,
a lo verde?

No estaba junto al llanto,
junto a lo despiadado,
por encima del asco,
adherido a la ausencia,
mezclado a la ceniza,
al horror,
al delirio.

No estaba con mi sombra,
no estaba con mis gestos,
más allá de las normas,
más allá del misterio,
en el fondo del sueño,
del eco,
del olvido.

No estaba.
¡Estoy seguro!
No estaba.
Me he perdido.


Visita


No estoy.
No la conozco.
No quiero conocerla.
Me repugna lo hueco,
La afición al misterio,
El culto a la ceniza,
A cuanto se disgrega.
Jamás he mantenido contacto con lo inerte.
Si de algo he renegado es de la indiferencia.
No aspiro a transmutarme,
Ni me tienta el reposo.
Todavía me intrigan el absurdo, la gracia.
No estoy para lo inmóvil,
Para lo inhabitado.

Cuando venga a buscarme,
Díganle:
"se ha mudado".



Cansancio


Cansado.
¡Sí!
Cansado
de usar un solo brazo,
dos labios,
veinte dedos,
no sé cuántas palabras,
no sé cuantos recuerdos,
grisáceos,
fragmentarios.

Cansado,
muy cansado
de este frío esqueleto,
tan púdico,
tan casto,
que cuando se desnude
no sabrá si es el mismo
que usé mientras vivía.

Cansado.
¡Sí!
Cansado
por carecer de antenas,
de un ojo en cada omóplato
y de una cola auténtica,
alegre
desatada,
y no este rabo hipócrita,
degenerado,
enano.

Cansado,
sobre todo,
de estar siempre conmigo,
de hallarme cada día,
cuando termina el sueño,
allí, donde me encuentre,
con las mismas narices
y con las mismas piernas;
como si no deseara
esperar la rompiente con un cutis de playa,
ofrecer, al rocío, dos senos de magnolia,
acariciar la tierra con un vientre de oruga,
y vivir, unos meses, adentro de una piedra.



Ejecutoria del miasma



Este clima de asfixia que impregna los pulmones
de una anhelante angustia de pez recién pescado.
Este hedor adhesivo y errabundo,
que intoxica la vida
y nos hunde en viscosas pesadillas de lodo.
Este miasma corrupto,
que insufla en nuestros poros
apetencias de pulpo,
deseos de vinchuca,
no surge,
ni ha surgido
de estos conglomerados de sucia hemoglobina,
cal viva,
soda cáustica,
hidrógeno,
pis úrico,
que infectan los colchones,
los techos,
las veredas,
con sus almas cariadas,
con sus gestos leprosos.
Este olor homicida
rastrero,
ineludible,
brota de otras raíces,
arranca de otras fuentes.

A través de años muertos,
de atardeceres rancios,
de sepulcros gaseosos,
de cauces subterráneos,
se ha ido aglutinando con los jugos pestíferos,
los detritus hediondos,
las corrosivas vísceras,
las esquirlas podridas que dejaron el crimen,
la idiotez purulenta,
la iniquidad sin sexo,
el gangrenoso engaño;
hasta surgir al aire,
expandirse en el viento
y tornarse corpóreo;
para abrir las ventanas,
penetrar en los cuartos,
tomarnos del cogote,
empujarnos al asco,
mientras grita su inquina,
su aversión,
su desprecio,
por todo lo que allana la actitud de las horas,
por todo lo que alivia la angustia de los días.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Despertador

Mi amiga, la poetisa Nancy Marichal acaba de darme una gran sorpresa. Me dice Nancy en mi muro de facebook:

Manolo:
Acabo de llegar del archipiélago. He visto en la tele un muñequito con la canción El despertador; al terminar, en los créditos, decía: Manuel Vázquez Portal.
Caramba Manuel, me quedé algo admirada. Un abrazo.

Se trata de un viejo poema para niño que escribí en 1986 cuando nació mi hijo Pablo. Es el primer poema del libro cuyo título es Un día de Pablo y que por entonces publicó la editorial cubana Gente Nueva. Todavía no era yo un proscrito de las letras cubana.

Parece ser que a algún compositor y a algún productor de televisión les gustó el poema y lo usaron para unos dibujos animados que aún ponen el la televisión. Eso es para mí un orgullo. Mi pueblo no me ha olvidado totalmente.

El poema en cuestión se llama así mismo: Despertador, y aquí se los dejo para que ustedes también lo disfruten o padezcan.

El reloj
tiene una bruja
que muy temprano
estornuda
y hace sonar la campana
en cuanto
el alba despunta.

El reloj
tiene una bruja
que ya no usa
la escoba,
anda volando, volando
en un avión de melcocha.

El reloj
tiene una bruja
que no es una bruja mala,
cuando me llama en la cuna
yo no me asusto
ni nada.

No sé como sonará cantado ni cómo será el dibujo animado. Pero me alegra porque lo hice para mi hijo recién nacido y hoy, cuando ya tiene 26 años, puede ser un lindo homenaje a él y a mi amor por él.

sábado, 17 de marzo de 2012

Sábado de poesía con César Vallejo


César Vallejo hubiera cumplido 120 años ayer 16 de marzo. Pero su destino era el de la inmortalidad. Luego de la poesía los poetas no vuelven a cumplir años. Su presencia se mide en otras dimensiones, otras presencias, otras resonancias. Y ya todos los sufrimientos del poeta universal que se volvió no atañen sólo al Perú de sus entrañas y sus ensueños sino que corresponden a ese gran universo que es la poesía arrancada a la efímera vida para permanecer en todas las vidas. Aquí los dejo con los cuatro poemas, quizás, más conocidos de César Vallejo, pero que no por conocidos dejan de resultar otra vez nuevos y magníficos.


Piedra negra sobre piedra blanca 



Me moriré en París con aguacero,
un día del cual tengo ya el recuerdo.
Me moriré en París -y no me corro
tal vez un jueves, como es hoy, de otoño.

Jueves será, porque hoy, jueves, que proso
estos versos, los húmeros me he puesto
a la mala y, jamás como hoy, me he vuelto,
con todo mi camino, a verme solo.

César Vallejo ha muerto, le pegaban
todos sin que él les haga nada;
le daban duro con un palo y duro
también con una soga; son testigos

los días jueves y los huesos húmeros,
la soledad, la lluvia y los caminos...



Los heraldos negros


Hay golpes en la vida, tan fuertes...¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido se empozara en el alma... ¡Yo no sé!

Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros Atilas;
o lo heraldos negros que nos manda la Muerte.

Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna fe adorable que elDestino blasfema.
Esos golpes sangrientos  son las crepitaciones de algún pan
que en la puerta del horno se nos quema.

Y el hombre... Pobre... ¡pobre! Vuelve los ojos,
como cuando por sobre el hombro nos dan una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido se empoza,
como charco de culpa, en la mirada.

Hay golpes en la vida,
tan fuertes... ¡Yo no sé!



Espergesia 


Yo nací un díaque Dios estuvo enfermo.
Todos saben que vivo,que soy malo;
y no sabendel diciembre de ese enero.
Pues yo nací un día
que Dios estuvo enfermo.

Hay un vacío
en mi aire metafísico
que nadie ha de palpar:
el claustro de un silencio
que habló a flor de fuego.
Yo nací un día
que Dios estuvo enfermo.

Hermano, escucha, escucha...Bueno.
Y que no me vaya
sin llevar diciembres,
sin dejar eneros.
Pues yo nací un día
que Dios estuvo enfermo.

Todos saben que vivo,
que mastico...
Y no saben
por qué en mi verso chirrían,
oscuro sinsabor de féretro,
lúyidos vientos
desenroscados de la Esfinge
preguntona del Desierto.

Todos saben... Y no saben
que la luz es tísica,
y la Sombra gorda...
Y no saben que el Misterio sintetiza...
que él es la joroba
musical y triste que a distancia denuncia
el paso meridiano de las lindes a las Lindes.

Yo nací un día que
Dios estuvo enfermo, grave.



Ágape


Hoy no ha venido nadie a preguntar;
ni me han pedido en esta tarde nada.
No he visto ni una flor de cementerio
en tan alegre procesión de luces.

Perdóname, Señor: qué poco he muerto!
En esta tarde todos, todos pasan
sin preguntarme ni pedirme nada...
Y no sé qué se olvidan y se queda
mal en mis manos, como cosa ajena.

He salido a la puerta,y me da ganas de gritar a todos
Si echan de menos algo, aquí se queda!
Porque en todas las tardes de esta vida,
yo no sé con qué puertas dan a un rostro,
y algo ajeno se toma el alma mía.

Hoy no ha venido nadie;
y hoy he muerto qué poco en esta tarde!

sábado, 10 de marzo de 2012

Sábado de poesía con Zahylis Ferro

Zahylis Ferro, nacida en Pinar del Rio, Cuba en 1983. Reside en Estados Unidos desde el 2002. Graduada de Periodismo y Comunicación Social de Emerson College, universidad especializada en temas de comunicación con sede en Boston, Massachussets. Autora del blog Media Snapshots by Z (www.mediasnapshots.wordpress.com), y co-autora del blog kontARTE (www.kontARTE.wordpress.com). Colabora con artículos para el periódico online NeoClub Press, y como editora para Latin Heritage Foundation. Ganadora de una mención en el I Concurso Internacional de Poesía Lincoln-Marti con la obra “Con el recuerdo a cuestas.”  Los invito a que lean sus poemas porque Zahylis Ferro es testigo tangible y misterioso/ de aquel infinito despertar en que los poetas descubren que el turbio destino cantado por poetas con antorchas de ideas/ no bastaba para dar de comer a su lumbre.



Con el recuerdo a cuestas


Ahora estoy segura que fue buena idea
haber plantado las fotografías.
La lluvia ha caído desde la mañana
sobre el huerto seco,
y sé que muy pronto comenzaran
a retoñar los lirios, y la hierba trepadora,
y las fotografías que hace solo unos días
plantamos en el centro del cantero.
Nadie supo decirme qué clase de planta
saldría de semejante semilla,
pero anoche soné que seria un árbol.
Tan grande será y con tantas ramas y hojas,
que si el árbol genealógico fuese en verdad un árbol
con seguridad sería éste.
Tendrá cuerpos y caras y sonrisas,
y un manojo de voces y palabras que nos lloverán encima
cuando cada tarde vayamos a contarle nuestras nostalgias.
Cada foto será más que una vida,
más que un pedazo inmóvil que acorraló el papel.
Cada foto será lo que hubiera seguido siendo
si quedase atrapado el momento infinito
donde siempre se empieza a soñar
y dejamos de ser eternos.
No nos librará del cansancio, ni de la tristeza,
y mucho menos del afán impetuoso
de ocultar nuestras canas en cuanto sopla el viento.
Pero bastará con salir al huerto para que el ave cambie su destino
y la memoria nos arranque sonrisas
al llorar a nuestro hermano muerto.
Y si algún dia viniera la tormenta,
y se ahogara la hierba, los lirios y el cantero,
sé que bajo del agua el árbol dará frutos
porque en su alma lleva los recuerdos más viejos.
Y no quiero pensarlo,
pero si un día cambiásemos de casa,
cambiásemos de clima, de claridad, de suelo,
y el árbol fuese demasiado grande para llevarlo a cuestas,
arrancaremos unas fotografías de sus hojas
y nos iremos, con los ojos cerrados,
a plantarnos recuerdos en cualquier otra tierra.


Revelaciones

Súpose que el silencio agigantaba los pasos
y súpose también que no eran pocas las horas de espera
ni las marcas oscuras debajo de los ojos
de tanto dormir sin sueño.
Púsose en la balanza la existencia
y solo se logró el equilibrio con un buen puñado de lágrimas.
túvose la certeza de que los pies dolían,
de que ya era casi de noche
de que con la luz del farol no parecía llegarse muy lejos,
Mas, riose en la clara penumbra de los cuerpos
porque el turbio destino cantado por poetas con antorchas de ideas
no bastaba para dar de comer a su lumbre.
Y entonces vínose el mundo todo
en su lenguaje sempiterno a decir lo sabido,
a mitigar los miedos
a dislocar las ansias del repentino encuentro,
Y proclamose, una vez y por siempre,
testigo tangible y misterioso
de aquel infinito despertar.



A precio de imposible


Esa luz de tu pelo puede ser una estrella,
o quizás las estrellas son pedazos de luz que aprisiona tu pelo.
Parecería que todo el cielo se ha reducido a tu cabeza
y ya nada ilumina como tú,
en esta noche en que todo oscureció más temprano
y amenazó con venirse abajo el cataclismo.
Muchos han venido para ver tu luz
y se han quedado dormidos sobre el piso, en posición de espera.
Ahora ya nadie entiende el juego de la gallina ciega,
porque hasta las vendas tienen ojos,
Y aun así no hemos podido despejar la tiniebla que nos enreda el paso.
Alguien me ha ofrecido tres veces en oro
lo que pesa tu cabeza y le he dicho que es muy poco.
Estoy pagando a crédito lo que cuesta esta noche,
de otra manera no sé, no hubiera podido comprarla.
Y es que nadie supo al venderla que esta noche sería eterna,
como lo fue aquella otra, hace más de medio siglo cuando te conocí.
de alguna forma extraña pude ver la luz de tu cabeza
en la mañana, a plena luz de sol, a pleno sol de día.
No hay nada bajo el cielo que pueda compararse con mi noche,
ni dinero alguno capaz de cómprarla.
Esta noche, tu cabeza y tu luz,
creo que siempre han sido míos.



Delirio


Pon la mano en el fuego que no quema la lumbre.
En el humo se mece un aliento ancestral,
y la flor en la rama que echó por tierra el viento
es sólo un esqueleto de olor y vanidad.
El camino que sube habrá de bajar pronto.
El destino que andamos no nos puede arrastrar:
Aquí tengo la risa.
Aquí rompo el silencio.
Aquí guardo el suspiro que me hace respirar.
Y al final de la hoguera que incendia los recuerdos
una nube de polvo se quiebra sin cesar.
No es culpa de la muerte, ni tampoco del viento.
Escucha su susurro.
Hace tiempo no está.

viernes, 9 de marzo de 2012

Cumbres Borrascosas

El megáfono hacia el exterior de la hacienda cubana, Bruno Rodríguez Parrilla, ha asegurado el jueves que Cuba (esto es Raúl Castro, regente general de la finca) "nunca pidió asistir a ninguna de las cumbres de Las Américas", y reprodujo con voz robótica que Estados Unidos es el culpable de "una exclusión" que calificó de "inaceptable e injustificable".

Sin embargo, como traía la orden de ser gentil, agradeció a Juan Manuel Santos –quien de seguro tenía muy presente el fétido escándalo de cuando, tras su fugaz viaje a Guadalajara, Fidel Castro reveló sus conversaciones privadas con Vicente Fox porque este le pidió que “jamara y se pirara”– para que Raúl Castro no armara una pestilencia semejante al saber que no se había logrado consenso para su participación en la Cumbre que se realizará a mediados de abril en Cartagena de Indias.

A mi modo de ver lo inaceptable e injustificable es que luego de 53 años de gobierno dictatorial –por ello me permito tratarlo de megáfono hacia y el exterior y no de ministro de relaciones exteriores como correspondería en caso de que el gobierno que él representa contara con un presidente elegido democráticamente- se escandalice por una exclusión que es más bien autoexclusión por mantenerse en una postura política que el consenso no acepta como democracia.

Y es que, para ver el asunto desde una óptica a lo Emily Bronte, las Cumbres de Las Américas siempre han sido un tanto borrascosas, porque en la integración, siempre que existan antagonismos irreductibles, no faltarán las tormentas.

En la primera Cumbre de Las Américas, celebrada del 9 al 11 de diciembre de 1994 en Miami, Estados Unidos, convocada por el presidente Bill Clinton –luego de haber anunciado una considerable flexibilización en relación con su política hacia Cuba y lo que el gobierno de Fidel Castro pagó con una crisis migratoria convertida en éxodo masivo y el derribamiento de dos avionetas civiles estadounidenses en aguas internacionales–se adoptaron dos documentos fundamentales: la Declaración de Principios y el Plan de Acción, que abarcaba 23 ámbitos de cooperación en materia política, económica y social.

Esta fue la primera reunión de mandatarios que incluía a Canadá e islas del Caribe y se establecía el compromiso de erradicar la pobreza mediante la creación del Área de Libre Comercio de las Américas, y ante lo cual se desató el despelote en el sur para ver quien lograba primero su TLC, pero Cuba, sabiéndose en desventaja por no tener un gobierno democráticamente electo comenzó a gruñir y conspirar.

La segunda, realizada del 18 al 19 de abril de 1998, en Santiago de Chile, fue convocada conjuntamente por todos los Jefes de Estado y Gobierno y su agenda incluía la consolidación de la democracia, el respeto a los derechos humanos y el proceso para iniciar la negociación del Área de Libre Comercio de las Américas.

Cuba quedaba excluida por la esencia misma del cónclave: consolidación de la democracia y respeto a los derechos humanos, pero ya conspiraba con Hugo Chávez la posibilidad de una alternativa que no la dejara sin subvención tras el desmoronamiento del bloque socialista.

Para la tercera cumbre, efectuada del 20 al 22 de abril de 2001, en Quebec, Canadá, en la que su declaración final reafirmaba la determinación de los 34 mandatarios de poner en marcha el Área de Libre Comercio de las Américas en 2005, ya Hugo Chávez mostró sus reservas sobre esa fecha y sobre la "cláusula democrática" –ya estaba pensando en descuartizar la Constitución venezolana y convertir el país en una réplica cubana, lecciones muy bien aprendidas de su mentor político Fidel Castro– lo que marcó las turbulencias fueron las violentas protestas callejeras de grupos antiglobalización.

La cuarta cumbre, efectuada del 4 al 5 de noviembre de 2005, en Mar del Plata, Argentina, fue la más azotada por las ventoleras: desacuerdos sobre la inclusión del Área de Libre Comercio de las Américas en el documento final, brotes de violencia en las calles y arduas reuniones bilaterales marcaron la cumbre.

En esta Estados Unidos pretendía relanzar el Área de Libre Comercio de las Américas y chocó con la intransigente postura de Mercosur y Venezuela, cuyo presidente, Hugo Chávez, ya totalmente minado por el virus castrista de la procacidad en foros internacionales, adquirió protagonismo por mandar literalmente "al carajo" la iniciativa.

Para la quinta cumbre llevada a cabo del 17 al 19 de abril de 2009, en Puerto España, Trinidad y Tobago, Barack Obama pretendía profundizar las relaciones interamericanas pero inhábil aún parecía desconocer los ciclones políticos y económicos que se avecinaban.

El lema de esta cumbre era "Asegurar el futuro de nuestros ciudadanos promoviendo la prosperidad humana, la seguridad energética y el medio ambiente", lo que no ha ocurrido todavía, transcurridos casi cuatro años.

En ella también se previeron temas complementarios como la crisis económica tras la reunión del G-20 en Londres y la exclusión de Cuba de los organismos interamericanos desde 1962, que fue planteada por algunos países miembros.

Los esfuerzos porque Cuba se integre al modo de gobierno democrático han sido tenaces, permanentes y hasta complacientes, diría yo. Las flexibilizaciones les han llegado desde todas partes; Estados Unidos, Unión Europea, América Latina y hasta del Vaticano, sin que se haya logrado deponer la tozudez dictatorial. ¿A qué aspira entonces Bruno Rodríguez Parrilla?

jueves, 8 de marzo de 2012

Fecaluvio, zurdos, derechos y ambidextros

El papa Benedicto XVI viajará a Cuba. Será una visita pastoral, una peregrinación en tributo a la madre de Jesús, según se ha dicho, y el hecho tiene todos los rasgos de lo irreversible.

Es una decisión soberana del Sumo Pontífice y del Vaticano. Tiene el poder, la voluntad, el derecho y la libertad –además del cetro, la silla gestatoria, el papamóvil, que ya la cosa no es en asno y sandalias– de hacerlo.

Lo hará, con perretas o sin ellas, como lo hizo Juan Manuel Santos desde Colombia, Dilma Rousseff desde Brasil y no lo ha hecho el mismísimo Barack Obama porque Hawai sigue siendo más cool  que Varadero -eso se lo deja a los interesados en la onda pueblo a pueblo- y menos peligroso a los ojos de la oposición.

Por encima del papa, según los estatutos eclesiales, sólo Dios, ante quien ha de inclinarse uncido y contrito; por debajo, desde los purpúreos cardenales hasta el más humilde párroco, han de bajar el solideo, fervorosos y leales, frente a su presencia; y del rebaño, algunos elegidos –en las más de las veces muy celosamente elegidos– podrán besar su mano pulcra, manicurada, y la multitud postrarse en la distancia.

La jerarquía existe hasta en el amor a Dios, y los senderos del Ser Supremo, como se ha postulado, son inextricables, ¿para qué entonces intentar descífralos? Dejad que se recorran que Dios está atento.

Nosotros, sencillas criaturas de ese mismo Dios no tenemos el número telefónico del Creador para que nos dé la clave o quejarnos de la actitud de su representante en la Tierra. Únicamente podemos patalear para, en la creencia de la ubicuidad y omnipotencia divina y, aceptando que Dios todo lo ve y escucha, nos oiga y vea y sepa que hay una parte a favor y otra en contra de la gira del Santo Padre por la islita en que nos depositó.

Quienes afirman que con ello Benedicto XVI legitima una dictadura que pisotea, humilla, degrada, ultraja, tiraniza, prostituye la condición humana, son parte del rebaño y el papa debía oírlos para transmitirle su recado a Dios, en caso de que este, asediado por tantos conflictos y ruegos terrenales, no los haya escuchado.

Quienes opinan que la presencia del Obispo de Roma en Cuba es inocua, políticamente hablando, y que a Dios lo que es de Dios y a la dictadura lo que es de la dictadura, también el papa –no se sabe si con un gesto de aquiescencia socarrona, son en su mayoría liberales que tienden más al agnosticismo que a la prosternación religiosa– debía oírlos también porque del mismo modo son hijos de Dios.

Quienes desean usar el poder, la celebridad, la condescendencia del Santo Padre para validar o hacer visibles sus causas y aspiran, como en los debates congresionales a colgar perchas en todos los proyectos de leyes, también debían ser oídos por el papa porque como vástagos de Dios también fueron dotados de ese derecho natural, aunque parezca oportunista y tramposo.

Ya que es inevitable, ¿y quién sabe si hasta necesaria? la visita de Benedicto XVI a la casa de Cachita, y como he dicho antes el Vaticano tiene más de cinco siglos de experiencia en eso de elegir celosamente a quienes besarán la diestra del representante de Dios en la tierra, me parecería muy divino y muy humano que como hizo Noé ante la inminencia del diluvio universal –parece que es verdad porque lo relata desde la Biblia hasta el Popol Vuh– se seleccionara a un representante de cada especie y todos pudieran entrar al arca.

Si se reúne –frente a la inminencia del fecaluvio nacional que aldenamente confundimos con universal– con la nomenclatura, que se reúna con la oposición; si ora por la salud de unos, que rece por la salud de todos; si pide clemencia por unos muertos, que reclame la elevación de todos los muertos, porque Dios dio mano derecha e izquierda a sus criaturas, y aunque a unos los hizo diestros y a otros siniestros, todos son sus hijos.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Abel con mejor pavón

Las pistolas usadas en la guerrilla resultan siempre peor cromadas que las que se guardan disimuladamente bajo la guayabera luego del triunfo, pero no dejan de ser coercitivas e intimidadoras cuando su oficio es pastorear el pensamiento.

Si las primeras lograron bodrios contrahechos con sabor de sacarosa combatiente u odas a la consiga Patria o Muerte, las segundas consigueron fingimientos y evasiones, a más de alguna que otra rebeldía pagada con calabozos.

Luis Pavón, un supuesto poeta proveniente de la Sierra Maestra, no podía estar tan bien niquelado como un narrador malogrado ya pavonado por la Universidad socialista y designado para la misma función.

Luis Pavón un tira tiros. Abel Prieto un tira ideas. Pero ambos con la pistola a manos. Pavón en bruto. Prieto mejor burilado. Siempre bajo la misma comandancia, la misma estrategia, el mismo objetivo: controlar el redil intelectual, que suele ser tan volátil.

Pavón no me apena. No lo conocí y cuando leí sus versos y los versos de los premiados por él en concursos literarios patrocinados por el gobierno a través de sus instituciones culturales, comprendí que no se perdía nada conque él se perdiera.

Abel si me apena, en cierto grado, porque lo conocí y porque al leerlo presentía un potencial que se perdería. Y así ocurrió. Era un narrador, pero sobre todo un exégeta lúcido, que se decidió por el poder. Pudieron más sus ambiciones como funcionario que sus aptitudes como escritor. Fue su propio Caín como artista.

Su retiro como hijo putativo del Aparichit le llega cuando, ya viejo, enfermo y –supongo– cansado, y sin una obra literaria meritoria, no podrá alcanzar la pericia que requiere, pongamos por caso, una novela memorable o un ensayo minucioso.

Caprichosa y cerril es la literatura. Hay que embridarla temprano, asirse fuerte a la montura, resistir la cabalgata, para llegar a domeñarla. Y Abel se bajó del corcel antes de lograr que caracoleara jubiloso y esbelto. Jinete y caballo se quedaron a la saga, y es lamentable porque Abel prometía recreos hípicos que ya no alcanzará. La literatura de ese tiempo borrascoso en el que él fungía como repartidor de premios dudosos y castigos solapados, y en el que muchos fueron forzados a pedir prestado un pegasso en suelo extraño, está escrita y su gato no logró levantar el vuelo. Adiós al funcionario. Adiós al escritor.

Política global y chancleteos aldeanos

Luego de acariciar las orejas de Nibbler, oírlo gruñir sonsacadoramente y de conducirlo a su mingitorio privado en el jardín del condominio en que vegeto, oficios venerables (sacar mi perro a orinar y ver como el tiempo transcurre sin utilidad alguna) que permite el desempleo, recordé que el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, ha de llegar hoy (7 de marzo de 2012) a La Habana para reunirse con el convaleciente presidente venezolano Hugo Chávez y con el regente general de la hacienda cubana Raúl Castro.

La visita, anunciada sorpresivamente el lunes por la Casa Neriño y que, según el propio Santos, tiene dos objetivos : "Vamos a ir a Cuba por dos motivos, el primero para tener la oportunidad de hablar personalmente, como se hablan todos los buenos amigos, con el gobierno cubano, con Raúl Castro el tema de Cuba, sobre la Cumbre. El segundo motivo para la ida a Cuba es realizar una reunión con el presidente Chávez", me hizo despertar al contumaz incrédulo que soy cuando de asuntos políticos se trata.

En primer lugar porque no creo que Juan Manuel Santos sea un ingenuo. En segundo, porque estoy convencido de que a estas alturas de la globalización ninguna estrategia política –por no llamarla conspiración– tiene carácter territorial y se acometa en solitario sin tener en cuenta objetivos más abarcadores.

Es sabido que una de las tácticas de la izquierda, tras el derrumbe del socialismo real, es la “deserción o éxodo” de las entidades internacionales y crear nuevas organizaciones como contrapartida (ALBA vs ALCA, pongamos por ejemplo) y la otra introducirse en las ya existentes para, desde posiciones contrahegemónicas desde dentro, producir reajustes normativos en dichas instituciones, y esto Santos lo conoce perfectamente, y por lo que vislumbro, desde otra posición, juega con los mismo naipes de la izquierda para lograr objetivos superiores.

Si un primer, obvio y engañoso objetivo es recabar la mediación de Raúl Castro para flexibilizar la posición de los mandatarios miembros de la ALBA que han anunciado no asistirán a la Cumbre de las Américas si Cuba no asiste, lo que desluciría el evento y su papel como anfitrión, el otro, y a mi modo de ver, primordial, solapado con la firma de convenios comerciales pendientes que podrían esperar por la recuperación de Chávez, es explorar el verdadero estado de salud del mandatario venezolano, que se mantiene entre secretismo y especulaciones, dada la preocupación mundial que provoca su relación con el gobierno iraní.

El diferendo entre ALBA y ALCA viene a ser peccata minuta cuando de amenaza nuclear se trata y el mundo se empeña en detener –hasta ahora por vías diplomáticas– un peligroso programa nuclear de Teherán, pero es sabido que Venezuela, una gran reserva de uranio, tiene estrecha relaciones con el gobierno iraní y pudiera convertirse en una base atómica muy peligrosa en nuestra región.

Así entonces no hay que ver como debilidad, traición, o coqueteo la visita de Juan Manuel Santos a La Habana sino como un dulce Caballo de Troya más enfocado en la política global que en los chancleteos aldeanos.

Las respuestas escurridizas y notoriamente pensadas de antemano, ofrecidas a la prensa por el presidente colombiano a su llegada a La Habana, pueden arrojar más luz sobre mi hipótesis.

lunes, 5 de marzo de 2012

Reconciliación o confluencia de intereses

Insultos, descréditos, autoalabanzas y preminencias políticas era lo que había constatado en la mayor parte de las opiniones del debacles (más que debate) producido por la participación de tres escritores cubanos en un panel ofrecido en la Unión de Escritores y Artistas de Cuba con la intención de un acercamiento entre intelectuales del exilio y la isla, cuando Amir Valle me convocó, vía correo electrónico, para que participara en la controversia, en la pagina digital Otrolunes, y yo tácitamente decliné.

La invitación de Amir me provocó una especie de retorno al día en que conocí a la profesora Katrin Hansing, de lo que guardo gratas memorias. Ella investigaba sobre el criterio de “reconciliación nacional cubana”. Recuerdo que nos reunimos en mi apartamento de Miami. Katrin preguntó mi opinión sobre el tema y yo le expuse mi teoría desde una visión bastante pragmática.

Lo primero que hice fue permutar el concepto “reconciliación” por el de “confluencia de intereses”. Una vez establecida esta ontología, apelé a la parábola del matrimonio, con un hijo en común, que se disuelve por ciertas incompatibilidades pero tiene el deber de alimentar, proteger y educar al vástago, lo que obliga a la “confluencia de intereses” pero no necesariamente a la “reconciliación” porque los antagonismos persistirán.

A mi juicio, en esta “confluencia de intereses” intervienen razones económicas, afectivas y culturales, independientes de la voluntad propia, ya que el hijo crecerá indefectiblemente y pasará la cuenta en el momento justo. No es insultando, desacreditando o demonizando al otro cónyuge que se alcanza el bienestar del hijo, sino colaborando en que aquellos factores que antes de la ruptura del “concilio” eran compatibles se fortalezcan, y el monto del cheque sea menos oneroso.

Del mismo modo, sigo pensando, ocurre entre isla y diáspora. Una vez creada la escisión –y aquí las incompatibilidades son menos claras porque están revestidas del matiz político, y ya se sabe cuán veleidosa puede resultar la política– hay que columbrar con mesura los factores de compatibilidad. No es el odio, la mendacidad, la tozudez, el ataque banal y furibundo, la mediocridad o el autoensalzamiento lo que fortalecerá la ineludible “confluencia de intereses”, aunque los antagonismos políticos se mantengan aún después de conseguida.

Para cuando se haya producido –hecho que ocurrirá inexorablemente, como el crecimiento del hijo, independiente de las voluntades involucradas– también acarreará el pase de cuentas y será cuando se develarán los verdaderos rostros, ya sin exenciones por razones políticas.

Quien escribió panfletos, primero a favor, y luengo en contra, será eso: un volantinero de ocasión. Quien pergeñó circunstancialidades de gacetillas no resultará más que un gacetillero. Quien atacó o refutó desde la rabia, la frustración, el encono o la vanagloria, sin más atributos que un ego inflamado, eso será: un nuevo gruñón, pero más senil. La obra tendrá para entonces la última palabra, y tal vez algunos no tengan una buena página donde caerse muertos.

Llegado el tiempo, quizás, Un rey en el jardín, de Senel Paz, teniendo en cuenta solo valores estéticos y entorno de creación, no será más que una muestra de la novela del niño hechizado por el advenimiento de unos héroes que tenían más de imagen fascinadora que de realidad histórica y La ruta del mago, de Carlos Victoria, será la representación de la novela del niño que supo ver más allá del sortilegio epocal y se erige como la contraparte de la misma realidad vista desde otra óptica. Pero ninguno de los dos podrá ser negado porque formarán parte de eso que hoy, con juicios que pretenden ser premonitorios o lapidarios, y sin haber pasado la criba del tiempo, se litiga como cultura nacional.

Llegado el tiempo, quizás, Siempre la muerte su paso breve, de Reinaldo González, no sea más que el inicio de una germinación novelística truncada por la intolerancia y Antes que anochezca, de Reinaldo Arena, la caricaturización de esa misma intolerancia que abortó el derrotero que se abría con Celestino antes del alba.

Llegado el tiempo, quizás, La novela de mi vida, de Leonardo Padura, no sea más que el atrevido amago de las coincidencias de tres épocas tiránicas (Miguel Tacón, Gerardo Machado y Fidel Castro) en un solo cuerpo novelado con tema histórico y Perdido en Buenos Aires, de Antonio Álvarez Gil, el friso, también de tema histórico, de una era en la que un ajedrecista afamado podía perder la corona mundial sin que ello significara un desastre para una nación fanfarrona que hacía del deporte un blasón político.

Por eso no respondí al llamado de Amir Valle. No es ahora que se dirimirá un conflicto estético que está sujeto a que antes se dirima un conflicto político. Solo la pluralidad que conlleve a la posibilidad de elección permitirá otra selección sin pasiones ni presiones, y Amir Valle y yo estamos unidos por otros lazos que me juntan también a muchos de los vinculados al debate.

Amir Valle estaba en La Habana –bajo el escrutinio de muchos ojos –cuando salí de la cárcel. Fue el único, entre tantos y viejos amigos, que me invitó a un almuerzo en su casa. “Así celebramos el cumpleaños de Eloy Gutiérrez Menoyo y tu excarcelación”, me dijo. Y yo acepté gustoso a pesar de la presencia del excomandante guerrillero a quien no conocía. Me asistían tres razones: su honestidad, su talento y su coraje. Fue de los pocos que mantuvo, sin esconder sus ideas y abierto a debatirlas, su amistad con un “apestado en lo predios intelectuales” como era yo desde hacía más de una década.

Amir Valle y yo nunca necesitamos “reconciliarnos” porque a pesar de divergencias y convergencias siempre respetamos la otredad y asumimos la diversidad como un hecho inherente a la convivencia, y no abrimos jamás el abismo de la incomprensión. Discutíamos para entendernos, para, desde la diferencia, mejorarnos, para ampliar nuestra cosmovisión, para que lo humano se impusiera sobre lo ideológico.

Hoy Amir Valle vive en Alemania. Sigue siendo el mismo escritor honesto, talentoso y valiente que conocí en la escuela de periodismo de la Universidad de La Habana cuando aún él era un estudiante. Hace más de tres años volví a almorzar con él en su casa de Berlín. Esta vez nos acompañaba Katrin Hansing, a quien él no conocía pero aceptó sin remilgos, del mismo modo en que yo había aceptado en La Habana a Gutiérrez Menoyo, abiertos a debatir y sin nada que esconder, y , tiempo de por medio, creo que ambos encuentros fueron aportadores, y no sé si este debate lo sea, por lo que decidí no presentarme a la casa de Otrolunes, en la que, por fin, he visto opiniones sensatas vertidas por escritores que, llegado el tiempo, tal vez tengan una función más importante que la de algunos opinadores de oficio.

domingo, 4 de marzo de 2012

El verdadero rostro del “socialismo democrático” que espera Arturo Arango

En la ponencia leída por el escritor cubano Arturo Arango en el panel sobre la esfera pública en Cuba organizado por el Centro Teórico Cultural Criterios como parte de la celebración de su aniversario 40, en La Habana, el 28 de febrero de 2012, y que una vez ante mis ojos provocó el post Arango con viejos bueyes, no solo se postula la redención del disenso y se ruega no se acuse de “neo-revisionistas” (como ocurrió en décadas pasadas con algunos que quisieron corregirle la plana a Marx cuando el gobierno lo había asumido como dogma inamovible) a quienes critiquen desde posiciones de izquierda, sino que se enarbola la nueva utopía de “democracia absoluta”, preconizada por la nueva izquierda europea y estadounidense, aún atontada por el fracaso del “socialismo real”, y a la cual él llama “socialismo democrático”, para, por elipsis, demonizar y excluir todo pensamiento de derecha. Y esa no es la sociedad inclusiva a que debemos aspirar.

Para que el “socialismo democrático” pudiera alcanzar una existencia real y fuera como rousseausianamente sueña Arturo Arango: “aquel donde los gobernantes, en lugar de mandar, obedezcan la voluntad mayoritaria de aquellos a quienes representan” (el pueblo como verdadero soberano) sería necesario que la mayoría aceptara ese socialismo como vía y ejerciera sufragio a su favor, y eso ya tiene nombre y se llama democracia representativa y a través de ella han ejercido el poder los gobiernos de Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, en España y François Mitterrand, en Francia, para nombrar algunos.

Pero la aspiración de Arango no es tan romántica, territorial o ingenua como pudiera parecer. Él aspira a una preminencia absoluta e intemporal del socialismo, y no solo en Cuba. Lo que se entronca con las posiciones neomarxistas de ver la globalización como la transición de la era imperialista al estadio de Imperio, y de Pueblo a Multitud, como proponen Michael Hardt y Antonio Negri, y desde ahí crear una República de la Multitud que vea como contraparte al Imperio y se confronte hasta alcanzar una especie de “comunismo espontáneo” en que el Estado-Nación no jugaría ningún papel ya que este habría desaparecido por la desterritorialización producida con anterioridad por el Imperio derrotado.

Pero ocurre que el propio artículo de la politóloga belga Chantal Mouffe, a que él hace referencia, definiendo el papel de la crítica contrahegemónica, despedaza el concepto de “democracia absoluta” defendido por Michael Hardt, Antonio Negri y Paolo Virno en que se sustenta Arango para validar su nueva utopía de “socialismo democrático” ya que este, en caso de establecerse, engendraría una hegemonía nueva contra la que se opondría la otra parte dado que, como explica la propia Mouffe, la sociedad es heterogénea y los antagonismos, además de naturales, son irreductibles.

Puede, eso sí, consolidarse un nuevo orden, pero ello no significa que prevalecerá sin oposición, aun cuando se canalicen desde el poder la nuevas demandas para usarlas a favor de reestruturaciones que no pongan en peligro las normativas surgidas de ese poder, y resurja con nuevas fuerzas la derecha.

Explica Mouffe: Lo que se acepta en un momento dado como "orden natural", junto con el sentido común que lo acompaña, es resultado de la sedimentación de prácticas hegemónicas; no es nunca la manifestación de una objetividad más profunda y exterior a las prácticas que lo hacen llegar a ser. Todo orden hegemónico es susceptible de ser cuestionado por prácticas contrahegemónicas que intentan desarticularlo, con el fin de instalar otra forma de hegemonía.

Y de eso se trata: “el socialismo democrático” de Arango sería unirse a una propuesta de nueva hegemonía embrionaria que se gesta en sociedades que pasaron del fordismo al postfordismo mientras Cuba se mantenía atada a la más retardataria economía centralizada y se sumía en la mayor pobreza comunicativa y tecnológica del mundo, lo que la imposibilita, en la práctica, de saltar de la modernidad a la postmodernidad.

Para que la aspiración de Arango se materializara sería necesario que Cuba transitara primero de dictadura totalitaria a democracia representativa, de capitalismo menesteroso de Estado a capitalismo florecientes de mercado y fuera creando el sedimento para transitar de Pueblo a Multitud y entonces pudiera unirse a la global República de la Multitud y enfrentar al Imperio.

Sin embargo, desdicha de Arturo Arango, Cuba sigue siendo un fósil del “socialismo real” que tiende a reformularse con afeites de precapitalismo menesteroso y por más que la izquierda global la convoca y ayuda para que se incorpore a la Gran Marcha de la Multitud, su gobierno no quiere desprenderse de las viejas normativas y de su obsoleto sentido común, y es por ello que le parecen “reaccionarios”, según entiende él ese termino, los “insuficientes cambios” en marcha, y propone “el socialismo democrático” porque eso sí, Arturo Arango es un socialista que sueña.

sábado, 3 de marzo de 2012

Sábado de poesía con José María de Hérédia

José María de Hérédia Girard nació en una plantación nombrada La Fortuna, cerca de Santiago de Cuba, el 22 de noviembre de 1842 y murió en Francia el 3 de octubre de 1905.

Primo hermano del José María Heredia, el primer romántico cubano de línea independentista, era hijo del cubano Domingo de Heredia y de su segunda esposa, la francesa Louise Girard

El poeta viajó a Francia a los 9 años, y allí cursó el bachillerato. En ese país descubrió la obra de Leconte de Lisle y quedó hondamente impresionado por la misma.

Regresó en 1859 a Cuba y comenzó a estudiar la lengua española con vistas a licenciarse en Derecho pero no se le reconocieron los estudios realizados en Francia y retornó a Europa en 1860.

Durante diez años tradujo al francés el libro de crónicas de Bernal Díaz del Castillo Historia verdadera de la conquista de la Nueva España.

Fue en 1893 que conformó el libro Los trofeos que con una dedicatoria a Leconte de Lisle, es una de las obras más importantes de la poesía parnasiana. Aquí les brindo algunos de sus sonetos en versiones al español.



Antonio Y Cleopatra

Contemplaban los dos cómo dormía
el claro Egipto bajo el cielo ardiente
y cómo hacía Bubastis, lentamente,
desembocaba el Nilo en la bahía.

En su coraza el adalid sentía
-como a través de un sueño transparente-
desfallecer sumiso y atrayente
el cuerpo voluptuoso que ceñía.

Volviendo ella su rostro enamorado,
tendía con pasión los labios rojos
y las claras pupilas agoreras.

Y el guerrero, sobre ellas inclinado,
contemplaba en el fondo de sus ojos
otro mar en que huían las galeras.

                     Versión del poeta Andrés Holguín



El Baño De Las Ninfas


Baña el Euxino un bosque de agrios arbustos lleno;
sobre la fuente un negro laurel la copa inclina,
y la Ninfa, sonriente, que a sus ramas se empina
huella, tímida, el agua del arroyo sereno.

Otras, de un salto, se hunden en loco desenfreno
al oír la llamada de una oculta bocina,
y en las aguas movibles a menudo germina
un torso un claro bucle, o la rosa de un seno.

Alborozo divino las florestas asombra.
Mas de pronto dos ojos iluminan la sombra.
¡EI Sátiro! Y al eco de su gárrulo sistro

Huyen todas. Así, si un cuervo grazna airado,
en las ondas del río locamente nevado
se esparce la bandada de cisnes del Caístro.

                                  Versión de Otto de Greiff


Jasón Y Medea

                               A Gustave Moreau


Ambos, en los boscajes que sintieron el són
de contiendas remotas; mágica paz nacía,
y alba de milagrosas lágrimas los ceñía
bañándolos en fértil y extraña floración.

Por los aires flotaba letal emanación.
Su palabra el poder del encanto decía;
el héroe, tras ella, de sus armas vertía
relámpagos radiantes del ilustre Toisón.

Sobre lagos de plata llovía luz del cielo.
aves maravillosas pasaban, y su vuelo
en el bosque regaba pedrería luciente.

Amor les sonreía. Mas la fatal esposa
se llevaba consigo, colérica y celosa,
con su padre y los dioses, los filtros del oriente.

                                     Versión de Otto de Greiff

viernes, 2 de marzo de 2012

Arango con viejos bueyes

El escritor cubano –siempre en “lista de espera”, quizás a la manera de Samuel Beckett, sabiendo de antemano que Godot nunca llegará– Arturo Arango, luego de describir el hastío de los amaneceres isleños: “La rutina misma, su desgaste, me han permitido conocerme mejor, indagar en ese sujeto que espera algún milagro ante la pantalla iluminada. El sentimiento de decepción se ha vuelto tan sistemático como mis acciones”; ha afirmado que espera “cambios que se realicen, ante todo, en la forma como los órganos de poder político (Partido, Estado, gobierno) intervienen en la esfera pública”, obviando, por supuesto, que en Cuba partido, estado y gobierno son una misma entidad sin división visible, ni posible mientras permanezca el actual régimen.

Luego el escritor se sumerge en el turbio marasmo del más desgastante y rutinario dilema de izquierda/derecha, socialismo/capitalismo, poder/transferencia para concluir que “los cambios que necesitamos, los que ya están en marcha, me parecen insuficientes y, sobre todo, contradictorios, a veces hasta reaccionarios” con lo que pone a buen resguardo su bien mesurada disensión y apuntala que su opinión nace desde dentro y distanciada de “una nueva oposición que se considera a sí misma como democrática liberal, con visibilidad internacional y apoyo de gobiernos y otras fuentes extranjeras que se oponen al proceso político cubano”.[4], para lo que cita un texto de Julio César Guanche aparecido en la revista, Temas, sección El Catalejo, el 20 de febrero de 2012.

Así las cosas, Arango intenta rescatar “la disidencia” como un mecanismo necesario para la evolución y desarrollo de un “socialismo democrático” cuya aparición también espera. Para el escritor la disidencia es propia del sistema, pero sin definir como “dictadura” a la intolerante fórmula de gobierno establecida en Cuba por más de medio siglo. Explica Arango que: “Llegado este punto, es necesaria una breve digresión semántica. En Cuba, la conversión del término “disidente” en sinónimo de oposición contrarrevolucionaria opera también a favor de la demonización del disenso, y en contra no ya de su necesidad sino, incluso, de su legitimidad”.

Lo que de inmediato hace que la memoria se retrotraiga y comiencen a aparecer “disidentes” convertidos por el propio régimen en “opositores contrarrevolucionarios, agentes de la CIA, mercenarios al servicio del imperio”: al disentir Huber Matos escribió una carta de renuncia que le costó veinte años de cárcel; al mostrar su inconformidad Aníbal Escalante fue procesado el 26 de marzo de 1962, acusado de sectarismo y con él quedaron severamente desprestigiados muchos de los veteranos comunistas del viejo Partido Socialista Popular; hasta, para no convertir en sarta interminables la nominación, Eliécer Ávíla disintió de algunas prácticas actuales frente al supuesto presidente del supuesto parlamento cubano, Ricardo Alarcón, y como en cientos de casos anteriores, fue preterido, luego excluido, más tarde perseguido y finalmente convertido en “opositor contrarrevolucionario”.

Y es entonces cuando uno se pregunta, ¿qué tipo de disenso es el que desea rescatar Arturo Arango? ¿Acaso el disenso cómplice que durante toda su existencia la cúpula gobernante ha pedido demagógicamente en plenarias, congresos y simposios de intelectuales y artistas bajo mecenazgo permanente, para sólo tomar notas de cómo piensa cada quien y poner coto a cualquier desmán que pueda tornarse peligroso para la perpetuidad lograda a punta de intolerancia y represión?

No sé por qué me sueña a “teque” intelectualizado y tardío. Las cartas están ya sobre la mesa. No hay retorno. La gerontocracia se desgaja bajo el imperturbable azote de la muerte. No hay tiempo ya para reformas ni para reformistas. Se es lo que se ha sido. Los pensadores con pretensiones políticas no aspiran a que sus ideas triunfen para el sostenimiento del poder de otros sino para que el triunfo de sus teorías les otorgue el poder que propicia la competitividad política en un estado pluripartidista, sin prevalencias de izquierda o derecha, por mandamiento de la Constitución. Por lo que no es para preocuparse sobre quién tome o no el poder después de los cambios, porque, de alcanzarse la verdadera democracia, no “el socialismo democrático”, la tranferenciabilidad de poder se encargaría de que no se eternice una tendencia u otra, y la oposición no sea vista como un acto antipatriótico o mercenario. Y “el socialismo democrático” utopía con que sueña Arturo Arango jamás será “aquel donde los gobernantes, en lugar de mandar, obedezcan la voluntad mayoritaria de aquellos a quienes representan”, porque eso no ocurre siquiera en las más viejas y experimentadas democracias representativas del mundo.

jueves, 1 de marzo de 2012

Entre viejos fantasmas y nuevos fantoches

“el fantasma del “fracaso” de los intelectuales cubanos del siglo XIX ―que al principio no había(n) aprobado la lucha armada como la vía hacia la independencia y terminaron sin poder imponer sus reformas― revivió en la segunda mitad del XX. La aspiración a una evolución y no a una revolución terminó por convertirse en un “error” del que había que renegar a todas luces.”, ha escrito Alejandro Armengol este 1 de marzo en la revista digital Cubaencuentro.

Lo ha hecho a propósito de, sin aludir al concepto de intelectual orgánico, deslindar el compromiso político del estético y brindarle al artista un asidero de compromiso ciudadano sin implicaciones políticas. Y ve el articulista “la sutil manera de tomar partido” como “responsabilidad ciudadana” por lo que deja de ser “un problema político” para devenir “condición moral”.

Eso suena bien. Es un punto de vista a tomar en cuenta. Se esté o no de acuerdo, y sin maniqueísmos estrechos. Ya que la relación ética/política/estética es sumamente consustancial. Pero ocurre en su artículo que, quizás por premura, tal vez por no considerarlo trascendente, se obvia una zona de la polémica “intelectual/compromiso político”. Me refiero, por supuesto, a la primera mitad del siglo XX en la que menudearon también estos litigios teóricos con mayor o menor resonancia. Y los intelectuales evolucionistas no fracasaron del todo en su intento de alcanzar la soberanía por medio de la negociación –solo habría que recordar que para 1936 ya se había logrado la derogación de la Enmienda Platt por gestiones de reconocidos intelectuales como Manuel Márquez Sterling, Herminio Portell Vilá y Jorge Mañach, entre otros.

Los involucrados en el Grupo Orígenes –teleológicos, mesiánicos y sintetizadores de “la cantidad hechizada” para una nacionalidad casi idílica– no compartían las mismas ideas de compromiso político que los mezclados en el Grupo Minorista –en su mayoría marxistas “orgánicos”, socialistas, comprometidos políticamente – y se protagonizaron ciertos escarceos en los que reflotó el viejo dilema José Martí/Julián del Casal, que esquemáticamente y saltando innúmeros matices, algunos han calificado de “compromiso/evasión”. Hecho muy debatible pero que conduciría a ramales teóricos de otra índole como función social del arte, política y estética, en fin, recovecos interminables.

En la misma tesitura de la metafórica y mal interpretada –o interpretada a beneficio– arenga martiana en medio de lo que él llamó “la guerra necesaria”: ¡Todo al fuego, hasta el arte, para alimentar la hoguera! suena el exabrupto, tal vez un tanto histérico o despechado: "Yo destrozo mis versos, los desprecio, los regalo, los olvido: me interesan tanto como a la mayor parte de nuestros escritores interesa la justicia social" de Rubén Martínez Villena en carta dirigida a Jorge Mañach el 8 de octubre de 1927. Lo que, luego, Villena justifica como su descubrimiento del verdadero Martí, sin darse cuenta que desdeña la monumental obra artística martiana por la que Rubén Darío, al saber de su muerte en Dos Ríos, exclamara: Qué has hecho, Maestro, y lo torna un mal exégeta de la vida y obra de quien propone como su ídolo revolucionario.

Aquella réplica de Villena a Mañach –aún se podía replicar en Cuba aunque bajo Gerardo Machado– suscitó no pocos cruces de filípica y catilinarias entre reconocidos intelectuales de la época. Pero no por ello dejó Villena de escribir poesía, aunque sí se definió como luchador político más que como artista. "Hace falta una carga para matar bribones, /para acabar la obra de las revoluciones;" dijo el ya versificador combatiente. A lo que Fidel Castro, que ya había usado el ideario martiano para una supuesta revolución democrática y habiéndola transformado en dictadura totalitaria a la manera stalinista, apeló más tarde, para acentuar a Villena como paradigma de intelectual revolucionario, pero sobre todo comunista por su origen partidista: "Y desde aquí te decimos, Rubén, el 26 de julio fue la carga que tú pedías". Ello concatenado a la anterior declaración de que José Martí había sido “el autor intelectual” del Asalto al Cuartel Moncada.

Cuando ya llegados a la segunda mitad del siglo XX y con la instauración de los ideales socialistas –que sí obliga a una definición política del artista– muchos de los contemporáneos de Villena se habían visto precisados a la toma de partido y la escisión fue entonces entre supuestos “aplatanados” y otros que partieron al exilio. Por lo que desde los inicios mismos, y tras la calvinista imposición de “Dentro de la Revolución, todo; fuera de la Revolución, nada”, proliferaron más declaraciones políticas que oximorones perfilados.

Hoy, ya salidos del siglo XX y plagados de viejos fantasmas y nuevos fantoches que apuntalan o escardan un sistema que se ha autoroído se debaten nuevamente las vías revolucionarias o evolutivas para alcanzar la democracia en un país deshecho económica, política y moralmente, y eso no sé si ya demasiado tardío, cuando víctimas y victimarios –y víctimas/victimarios a la vez–son un manojo de arrugas y olvidos, sea necesario.