Negociemos o suelto al loco, parece ser el lema de Raúl Castro. Luego de haberle ordenado a la iglesia católica cubana que usurpara el sacrificio de Orlando Zapata Tamayo, las Damas de Blanco y Guillermo Fariñas, obligado al gobierno español a un “diálogo exigente” fabricado por los falócratas isleños con el viejo método escrotológico, cuyo primer capítulo establece el nada calvinista precepto de: "conmigo o muerte", muy extendio en el territorio nacional y la "diáspora", y comenzado a deshacerse de los emblemáticos prisioneros del grupo de los 75, ha mostrado por tres veces al antiguo brujo con fama de apocalíptico.
Hay quienes han hablado del narcisismo de Fidel Castro para explicar sus apariciones en momentos en que la prensa internacional mira hacia la isla, hay quienes han explicado que se trata de una señal para que se sepa quien es quien todavía gobierna en Cuba, y los más pintorescos han especulado sobre un “golpe de estado” del viejo truhán formado en la pandilla de Emilio Tro para reconquistar el poder y mantener su línea de puño de hierro.A mi modo de ver, no es más que una urdimbre finamente bordada por las hábiles manos de una Penélope astuta, que después de esperar muchos años para realizar su sueño de regir en Ítaca, amenaza con el regreso del viejo guerrero que destruyó Troya y un nuevo caballo de madera.
Raúl Castro es el poder real. En sus manos están todos los hilos. Fidel Castro es el ancianito caprichoso que representa el abolengo de la familia y maldice, despotrica, y anuncia que volverá a tomar las riendas de la hacienda que creó -donde está imperando el desorden, la blandenguería y el relajo- y él tendrá que enmendar pero que todo el mundo sabe que ya le tiemblan las manos, tiene la vista nublada y se le mojan los calzones mientras deambula por la casa tropezando con los muebles, sobre todo, cuando se los cambian de lugar.
Sin embargo, como el Fantasma de Jaimanita es todavía una posibilidad y su mito de invencibilidad, su fama de inflexibilidad pueden aún usarse. La leyenda de su carácter holocáustico, su aura de audacia irrefrenable pueden funcionar como una coyunda para quienes se muestren reticentes a aceptar una salida negociada que salve el estatus quo de la finca y mejore las condiciones de vida de los siervos.
Eso representan para mí los tres “entremeses” con protagonista tan estrafalario, mostrado al “respetable público” y que como el viejo subgénero cómico de la “farsa didáctica” lleva una moraleja: señores negocien conmigo que si suelto al loco, se caga el buey, y el orate de Birán perdido en la maraña de su arteroesclerosis vuelve a decirle a Nikita Krushov que dé el primer golpe, creyendo que Mahmud Ahmadinejad es el viejo cosaco.
¡Clarísimas evidencias!
ResponderEliminarManuel, como ya nos tienes acostumbrados en tus crónicas, has estado genial.
"¡Negociemos o suelto al loco!"
Eso es lo que hay.
Un abrazo.
¡Ay, poeta, me he reído de lo lindo leyendo el título de tu post! He reído y reflexionado, como siempre. De cualquier modo, a mí, particularmente, más bien me da la impresión de que lo que intenta decirnos el heredero de la corona es: Negociemos o le quito el bozal. Porque —al menos para mí— el loco siempre ha estado suelto; aunque, claro, bien preservado de los lentes que apuntan directamente a la isla cárcel buscando las primeras señales de decrepitud física —porque la decrepitud psicológica le fue congénita al tirano caribeño— para hacerse con la primicia. Nada, que el loco continúa jugando en su Retablo cubano donde —dados los últimos acontecimientos— todo parece indicar que sus marionetas favoritas (personajes negativos) visten de verde oliva, sotanas y confecciones textiles de El Corte Inglés. Un abrazo.
ResponderEliminarQue bueno seria si al pueblo de Cuba le dieran lo que le han dado a este hombre (lease monstruo), tiene mas vidas que las "nueve de los gatos", no dudo que lo presenten el 26 de Julio, aunque solo salude, lo necesitan vivo como a El Cid Campeador...
ResponderEliminarIbis querida, hacía días no sabía de ti, qué fugas es esa, por dónde andabas, "cimarronzuela de rojos pies", te voy a cascar las nalguitas cuando vuelvas a desaparecer por tanto tiempo.
ResponderEliminarPoeta querido, ¡pues sigo en el Sur, chico! Es una broma (real, por supuesto, pero una broma al fin), ya sé que te refieres a mi deambular digital. Mira, siempre paso por tu blog, pero no siempre me detengo a comentarte. Perdóname, te prometo que lo haré un poquito más seguido. A facebook no entro. Dejé de visitarlo desde que me hackearon la cuenta; porque, aunque la recuperé y por supuesto le cambié la contraseña, prefiero ir directamente a los sitios web que me interesan. No es que le reste importancia a los debates que se dan en facebook, pero la verdad es que el tiempo me es escaso. Te mando un abrazo. (¡Acá hace un frío que ni te cuento!)
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