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sábado, 16 de enero de 2010

SABADOS DEL AYER







Esta sección debo agradecerla a mi amigo, el poeta Manuel Sosa, que tuvo la gentileza de, mientras yo estaba en una cárcel de Cuba, él iba leyendo mis textos y los guardaba. A mi llegada a Estados Unidos, el poeta, desde Atlanta, me hizo llegar un CD-R con el archivo completo.



Vengan, pues, los patriotas

Por Pablo Cedeño

Grupo de Trabajo decoro



LA HABANA, octubre, 13 de 1997. http://www.cubanet.org/ -La patria no puede ser de ningún modo el lugar donde se es infeliz. No puede ser la patria esa trampa melancólica de la memoria que nos trae el terruño, matizado por la idealización del recuerdo. Mi patria no es Morón ni Babilonia, no es Praga ni Madrid. Mi patria va conmigo. Soy lo único que poseo. Y me amo desaforadamente, por eso puedo amar a los demás.
La primera ley del amor es no engañar. Cientos son los conceptos de patria que he leído, y en todos he sentido ese tufillo de manipulación, proselitismo y mentira embaucadora. La patria no puede ser la propuesta del poder. La patria ha de tener ala. Ninguna fuerza logra convertir su criterio en paradigma único. Si por un lado la patria es posesión, ha de serlo para todos. No para que desde su pedestal se dicten normas patrióticas, rígidas y permanentes. La patria empieza a dejar de serlo cuando alguien la posee individual y totalitariamente.
Mi patria es mi hogar, la sonrisa de mi mujer, el alborozo de mis hijos cuando vuelvo de la faena diaria. No importa en qué sitio del mundo esté ubicado. No importa en qué parte del mundo estuviera ubicado. No importa en qué lugar del mundo habrá de estar ubicado. Mi hogar, mi patria, soy yo repartiendo amor. Mi hogar, mi patria, es el designio de Dios. He de ser feliz donde me halle, donde no me falte mi hogar y mi familia, el pan de sus dientes y de sus almas. De lo contrario, me rebelo y combato.
Mi patria no es el ideal de mi abuelo mambí. El luchó por una patria que quedó atrás. El soñó una patria y luchó por ella. Yo tengo la mía. En él admiro el haberse dado cuenta de que no era feliz, y batallar por serlo. Si mi patria fuera la patria de mi abuelo, y la patria de mi abuelo fuera la del abuelo suyo, y así hasta los nacimientos del mundo, todos tendríamos la patria del Neanderthal. No hubiera hecho falta tanto desarrollo científico ni social. Nuestro hogar fuera la caverna, y nuestra patria no tendría nombre.
Basta entonces. Cada época genera su concepto de patria. Luchar por la patria es luchar por uno mismo, por lo que se tiene o lo que se quiere tener. ¿De qué sirve que mis antepasados hayan sufrido y luchado, si yo tengo que sufrir y luchar ahora? Ellos sufrieron y lucharon por sus motivos. Yo, por los míos.

Mi patria es el derecho de cada hombre a estar conforme consigo mismo. Dondequiera que me hallare, mi patria es el derecho de ejercer libremente mi concepto de patria. Mi patria es el respeto que debo a quienes no piensen como yo. Mi patria es el deber de defender mi criterio de patria. Mi patria no es el tres y la décima guajira. Es también Mozart y Píndaro. No es una rumba en un solar de la Habana Vieja. Es también una ópera en las cortes vienesas. Mi patria no es el descubridor del agente transmisor de la fiebre amarilla. Es también el descubrimiento de la divisibilidad del átomo. No es un round de Teófilo Stevenson. Es también un jonrón de Babe Ruth.
Mi patria no es un recorrido por la Sierra Maestra. Es también la soledad del cosmonauta, que sueña con ampliar la patria. Mi patria es el universo con todos sus prodigios y descalabros, su caos y su orden. No venga nadie a endulzarme el oído con frasecitas melodramáticas sobre el padecimiento del esplendor de ayer. Mi patria es, sobre todo, hoy, y puede ser mañana, si es que arribo a esa hora. El ayer no es más que la patria de la nostalgia, de la memoria cotejada según los intereses de la doctrina de hoy. El hoy es la patria de los esfuerzos, los sacrificios en pos del mañana, y el mañana es la patria de las aspiraciones, de las utopías.
Salvemos por lo menos el hoy. Mi patria son los sueños que alcanzo a realizar, los óbices que venzo, las respuestas que hallo para el hambre de mi espíritu, las estupideces que cometo mientras llega la patria del olvido. Mi patria es poderosa. Es el tiempo. ¿Quién puede contra él? ¿Le hacen falta soldados a mi patria? Es mi patria la luz, y la luz no es de nadie. Es la lluvia. ¿Y de quién es la lluvia? Mi patria es la belleza, divina y temporal, su imago inatrapable. Ningún poeta, músico, pintor, es dueño de mi patria. Apenas algunos si la rozan.
Es mi patria el espacio. ¿Es que existe el espacio? ¿Dónde es arriba? Mejor, ¿dónde es abajo? Ningún sátrapa puede abarcar sus fronteras, pisar de linde a linde. Mi patria es las esencias.
Vengan, pues, los patriotas. No es buena ni próspera la patria que por negligencia, modorra o miedo permite a sus próceres eternizarse en el poder. Los que una vez lucharon por un sueño, un ideal, un cambio de fortuna, y fueron líderes heroicos, altruistas, legendarios, espejo y afán de todos, suelen tornarse abominables tiranos, pútridas sanguijuelas, si usan sus antaños méritos para mantenerse regenteando la vida de todos. La patria, entonces, sufre, adelgaza, se arruina y comienza, plañidera, a clamar por nuevos próceres.
Una patria con dueño no es mi patria. Ergástula deviene un suelo con tiranos, cancerberos acervos sus viejos capitanes.
Vengan, pues, los patriotas.

4 comentarios:

  1. La Patria debería ser lo mas sublime recobido como presebnte al nacer. Pero no sabemos realmente lo que tuvimos hasta que está lejana.

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  2. Tengo un curioso aporte sobre "nuestra patria", pero dada su extensión -unas 27 lineas, en formato blog- no se si será demasiado extenso como 'comentario'
    Por lo cual solicito permiso para ponerlo.

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  3. Gracias Manuel, honor que tu me haces al brindarme este espacio.
    Allá va:

    "¡¿ESTA ES NUESTRA PATRIA?!"

    ¿Cómo vamos a decir: “esta es nuestra patria”, si de la patria no tenemos nada? “Mi patria”, pero mi patria no me da nada, mi patria no me sostiene, en mi patria me muero de hambre. ¡Eso no es patria! Será patria para unos cuantos, pero no será patria para el pueblo [Aplausos].

    Patria no solo quiere decir un lugar donde uno pueda gritar, hablar y caminar sin que lo maten; patria es un lugar donde se puede vivir, patria es un lugar donde se puede trabajar y ganar el sustento honradamente y, además, ganar lo que es justo que se gane por su trabajo [Aplausos].

    Patria es el lugar donde no se explota al ciudadano, porque si explotan al ciudadano, si le quitan lo que le pertenece, si le roban lo que tiene, no es patria.

    Precisamente la tragedia de nuestro pueblo ha sido no tener patria. Y la mejor prueba, la mejor prueba de que no tenemos patria es que decenas de miles y miles de hijos de esta tierra se van de Cuba para otro país, para poder vivir, pero no tienen patria. Y no se van todos los que quieren, sino los pocos que pueden. Y eso es verdad y ustedes lo saben [Exclamaciones...].

    Luego, hay que arreglar la República. Aquí algo anda mal o todo anda mal [Excalaciones de: ¡Todo! ¡¡Toooooodo!!]
    _____________________

    Este mensaje de protesta podría considerarse subversivo en la Cuba de hoy...
    Si hubiera sido pronunciado en público por algún opositor o disidente le podría haber costado amenazas, una detención preventiva o hasta la pena de carcel si persistía en su actitud contestataria.
    Pues, ¡asombrense! No, no ha sido manifestado por ningún disidente, ni publicado en ningún blog cubano... fue pronunciado por un viejo cubano, un tal Fidel Castro Ruz, en Camagüey, en la ya lejana fecha del 4 de enero de 1959.
    Y es que... ¡¡50 años no es nada!!

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