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domingo, 6 de diciembre de 2009

OJEADAS


FÓRMULA CATRACHO



Por Manuel Vázquez Portal


El antídoto Tegucigalpa tiene un nombre. Se llama fórmula catracho. Su componente principal es una Fiscalía General respetuosa de las leyes, un Congreso decente, unas Fuerzas Armadas pundonorosas y disciplinadas, un presidente interino nombrado Roberto Micheletti que no permitió contaminaciones, una iglesia bien enfocada, y, sobre todo, un pueblo decidido a expulsar de la nación todo gérmen perjudicial para la democracia.
Si el recién electo presidente, Porfirio Lobo Sosa, pudo manifestar que Manuel Zelaya ya es historia, se lo debe a la efectividad de la fórmula catracho. Apenas el país comenzó a mostrar los primeros brotes de la grave enfermedad, los celadores de la salud política de la nación iniciaron su labor profiláctica y fueron tomando las medidas pertinentes.

La sintomatología era evidente. El 2 de marzo de 2009 Zelaya llegó a Cuba. Con esa visita, que le provocó fuertes críticas opositoras en Tegucigalpa, rompió un aislamiento de 40 años entre los dos países, pues fue la primera estancia oficial de un mandatario hondureño en la isla comunista. El 13 de marzo mostró la foto que le fue tomada junto a Fidel Castro, y dijo que su sombrero ahora tenía más valor porque había estado sobre la testa del viejo dictador, y ese mismo día anunció su intención de someter a referéndum, por medio de una cuarta urna, su posible continuidad en el poder. El 23 de marzo convocó a la ciudadanía a la consulta popular, aunque ya estaba advertido de la inconstitucionalidad del acto.


El 25 de marzo, desconociendo la autoridad de las instituciones, Zelaya dijo desde Managua, Nicaragua, que la consulta se realizaría y nadie podría detenerla. Un día después, el presidente venezolano Hugo Chávez declaró que la cuarta urna en Honduras era una idea suya.
Frente a ello las instituciones, el Ejército, la Iglesia y la ciudadanía reaccionaron. El fiscal general, Luis Alberto Rubí, alertó a Zelaya de que su plan constituía un delito, el general Romeo Vásquez expresó que los militares no se prestarían para ello, el entonces presidente del Congreso, Roberto Micheletti, manifestó que no era factible porque no podían hacerse reformas a la Ley electoral, el Cardenal Oscar Andrés Rodríguez, sentenció que si se trataba de continuismos nadie lo aceptaría. El 23 de junio unos 100 mil hondureños salieron a las calles de San Pedro Sula a protestar contra la cuarta urna. Más claro, ni la mirada de un niño.
Pero Zelaya estaba demasiado comprometido con sus aliados y, quizás, muy endeudado con sus patrocinadores como para detenerse. Siguió adelante. Desde Venezuela le llegaron las urnas y las boletas. Los militares se negaron a repartirlas. El 24 de junio Zelaya destituyó al general Romeo Vásquez, y el 26 asaltó el aeropuerto de Toncontín acompañado por una turba para llevarse las urnas y las boletas. El Congreso restituye en su cargo a Romeo Vásquez y le ordena detener a Manuel Zelaya por todos los delitos que ha cometido. El 28 de junio amaneció turbulento para el presidente que había provocado todas las turbulencias. Fue a recalar a Costa Rica sin sombrero y en piyama.
Luego, bueno, ese luego sería muy largo de contar en detalles. El Congreso nombró presidente interino a Roberto Micheletti. Micheletti se ajustó los pantalones bien ajustados durante cinco meses sin treguas y contra todas las tormentas y pronósticos. Los militares se mantuvieron unidos. Manuel Zelaya jugó al payaso planetario.  José Miguel Insulza le hizo honor a su apellido. Fidel Castro babeó verde de rabia. Hugo Chávez perdió su dinero y sus baladronadas. Washington tuvo que reconocer que defendía la causa equivocada. Las elecciones se efectuaron con un alto por ciento de votantes. Porfirio Lobo, quien en un principio defendía la consulta popular propuesta por Zelaya, le debe a la fórmula catracho haber podido decir que Zelaya ya es historia y los pueblos de América le adeudan a los hondureños el antídoto perfecto contra las dictaduras en el sub continente.

5 comentarios:

  1. Honduras ha dado una lección, ¡bravo!

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  2. ¿Qué lección, no?.
    ¡QuÉ valentía!
    Los pueblos de los países de la región deberían mirarse en este espejo y seguir el ejemplo. Si nó, morirse verguenza y asco...
    Como siempre, Manuel, un buen artículo.
    Cariños

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  3. Lección, sí, en efecto. Ahora lo que hace falta es que se gobierne de verdad, se atienda la salud y sobre todo la educación, para que el pueblo no caiga en trampas y se deje llevar por falsos mesías. Si no se atiende verdaderamente a la población ya volverán los zelayas y otros de la misma ralea para volver a empezar. Recuerden que para Fidel y el mico Chávez eso no se ha quedado ahí. ¡Ojo pues!

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  4. Tienes toda la razón, mi querido Víctor, si los populistas surgen, es debido a los malos programas de gobierno que llevan adelante quienen deben ser celosos guardianes de la democracia. Si el séñor Lobo Sosa se convierte en un lobo para su pueblo y entona la misma sosa cantinela de quienes medran del poder más que servir a la ciudadanía que los eligió, dará pie para que-siendo ya Zelaya un cadáver politico, devenga símbolo- y eontonces aparezca una especie de desestabilizador a los Evo Morales, haga ingobernable al país y las cosas vuelvan al punto en que los falsos mesias propongan un programa quimérico pero inviable, el pueblo caiga en la trampa y se perda para siempre, como ocurrió en Cuba, está ocurriendo en Bolivia, Venezuela y tenga en ascuas a Nicaragua. Dios y Lobo salven a Honduras.

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  5. Los hondureños nos han demostrado también a los cubanos que ya es hora de cambiar y decir basta

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