Translate

miércoles, 9 de diciembre de 2009

DOS MÁS DOS, SON 75


QUE SUEÑOS LOS DE PRÓSPERO

Por Manuel Vázquez Portal


Una vez más, después de casi siete años, y cuando el glaucoma le empaña la mirada, y la artritis le agarrota las manos, me pregunto qué estará haciendo hoy Próspero Gainza. ¿Qué sueños le llenarán la cabeza? ¿Qué dolores le lacerarán el alma?
Seguro mira por la ventana enrejada de su celda, allá en la cárcel Cuba sí, de Holguín, y piensa en su hijo. El más pequeño. El que nació cuando ya él padecía una prisión injusta impuesta por el régimen cubano.
Seguro recuerda cuando nacieron los mayores y él los recibió a la vida con una sonrisa de padre orgulloso, dispuesto a verlos crecer en una tierra sin amos.
Seguro imagina una Cuba donde los hombres no pierdan el milagro del nacimiento de un hijo porque a un gobernante se le ocurra encarcelarlos por el solo hecho de pensar diferente, en una Cuba donde las mujeres no tengan que convertirse en padres y madres a la vez para enfrentar la hostilidad y la precariedad que impone un régimen arruindado y represor.
Seguro, a pesar de los 25 años a que fue condenado cuando la Primavera Negra de 2003, estará fortaleciendo su espíritu, recio y firme, como lo conocí, para que cuando pase el delirio y las tinieblas, su hijo más pequeño, el que me anunció con alborozo mientras estábamos en la cárcel de Boniato, se sienta orgulloso de su padre.
Seguro está madurando el mejor de los besos para dárselo, sin reloj y sin guardianes a la puerta de un promiscuo y sucio pabellón, a su María Esther Blanco, heroica y fiel, que en cada visita aparece cargada de vituallas y cariños para que él no se sienta abandonado.
Seguro cavila que Dios es más benévolo que los hombres y perdonará que María Esther haya abandonado a los Testigos de Jehová --que le impedían vincularse a asuntos políticos-- para atenderlo a él. Porque fue un acto de amor. Y si Dios es amor. Nadie hubiera podido impedir que María Esther fuera al encuentro de quien es para ella un hombre de honor y de coraje.



JUAN CARLOS HERRERA: DE PIE FRENTE AL TERROR





Por Jorge Jáuregui

Si un dia no regreso,
no importa
habré cumplido con Dios,
con los mios, con mi patria.
                     JCHA, 2004

Juan Carlos Herrera Acosta, organizador nacional del Movimiento Cubano de Jóvenes por la Democracia y miembro de la Agencia de Prensa Libre Oriental, desempeñó una destacada labor como defensor de los derechos humanos y como periodista independiente en la provincia de Guantánamo.
Juan Carlos Herrera Acosta denunció brotes de dengue hemorrágico en el oriente de Cuba y contrajo la enfermedad. Pidió la libertad de los presos políticos y se convirtió en uno de ellos. Denunció brutales golpizas, condiciones infrahumanas y la falta de atención médica en las cárceles castristas, para despues sufrirlas en carne propia.
Juan Carlos Herrera Acosta es parte del grupo de 75 defensores de los derechos humanos que fueron sancionados a severas penas de prisión, en lo que se conoce como la Primavera Negra de 2003. En juicio sumario y sin las debidas garantías procesales fue condenado a 20 años de privación de libertad en la causa # 8 de 2003 y deportado a la prisión de Boniato, en Santiago de Cuba, a centenares de kilómetros de distancia de su familia.
Las golpizas, los maltratos, la falta de atención médica y las huelgas de hambre en celdas de castigo continuaron en un recorrido por las tenebrosas prisiones Kilo 7, en Camagüey, y la provincial de Holguín. Es como si las autoridades quisieran que su vida se extinguiera antes que la injusta condena.
Juan Carlos Herrera Acosta se ha cosido la boca varias veces en peligrosas protestas para llamar la atención de la comunidad internacional a las acciones de la policía politíca en contra de su integridad física. Como cristiano pide perdón por las autoagresiones; como prisionero de conciencia pide comprensión y solidaridad hacia los que luchan por el respeto a los derechos humanos en Cuba.
En marzo de 2008 una noticia le desgarraba el alma. En horas de la madrugada del 12 de marzo, su hija, Lianet Herrera Disco, de 14 años de edad, perdía la vida en un accidente cuando viajaba en un ómnibus que cubría la ruta Habana-Guantánamo. En el tramo de la carretera de Sancti Spiritus el chofer perdió el control y se salió de la carretera. Junto a Lianet perdió la vida la hermanita de ésta, Elianet González Disco, de 2 años de edad, y tambien la madre de ambas, Elizabeth Disco Tito, de 31 años de edad.
Ante el féretro de su hija, Juan Carlos Herrera Acosta reafirmó sus convicciones religiosas y democráticas bajo su lema de mantenerse “de pie frente al terror”. Días después, a petición mía, en las tenebrosas entrañas del presidio en Holguín, Herrera Acosta escribía una carta. Sus lágrimas humedecían el papel, en el cual expresaba su dolor por la pérdida de su hija, Lianet, en la flor de su juventud; con la esperanza de algun día reunirse nuevamente con ella.
La estatura moral de Juan Carlos Herrera Acosta se eleva muy por encima de la corpulencia física de los carceleros, que no han logrado someter a este incansable defensor de los derechos humanos.
“Vivo orgulloso de ser parte de las 75 víctimas de la primavera negra de 2003 porque se que las ideas florecerán en medio de una patria libre, limpia y abierta de corazón a todos. Aunque me quieren privar de mi Patria, no acepto amos”, asegura Juan Carlos Herrera Acosta desde su cautiverio político, donde permanece de pie frente al terror.

5 comentarios:

  1. ¿Quién puede contra un hombre que es capaz de cocerse la boca? ¿Cómo es posible que la opinión pública no se haga eco de estos casos? Como es posible que "presidios dorados" como muchos que conocemos hayan sido respaldados por todo el mundo y su gato, y casos como estos ni siquiera tengan eco en la gran prensa? ¿Dónde están los Mandela y todos esos presos que pasean por el mundo gracias al apoyo internacional a sus causas?

    ResponderEliminar
  2. Gracias, heriberto, con voces como la tuya me siento menos solo en esta bronca que no he de concluir hasta que no hayan liberado al último de los presos políticos cubanos.

    ResponderEliminar
  3. Completamente de acuerdo con Heriberto: Donde estan las voces que han defendido otras causas...
    ¿O es que el sufrimiento se divide en castas privilegiadas de color político que hay que atender y otras ignorar?

    ResponderEliminar
  4. Gracias por ambos textos. Muy necesario divulgar estas historias.

    ResponderEliminar
  5. Muy conmovedoras sus historias, que nos llegan al corazon a traves de estas letras, y tambien conmueve la sensibilidad del que las narra. Gracias Vasquez Portal!

    ResponderEliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.