Translate

martes, 1 de diciembre de 2009

LA POLILLA IMPERTINENTE







CUBA, UNA REALIDAD GLACIAL
(SEGUNDA PARTE)

Por Don Alternán Carretero

Primero. Los puntos sobre las íes. Que no es Alternán Carretero hombre de cotilleos de lupanares o algarabías de barrios. Cuando entregué mi primera columna sabía perfectamente a que me exponía. No faltan malas leches en el mundo. Este oficio y sus habitantes los conozco muy bien. Pero sepan los zascandiles, los trepadores y los aguafiestas que no soy de los que batalla contra los oprimidos sino contra los opresores. Mi columna anterior no iba dirigida contra Yoani Sánchez sino contra la dictadura castrista. Mis enemigos son los Castros, no quienes los combaten. Por eso el título de: Cuba, una realidad glacial. Es a la dictadura cubana a quien hundo el escalpelo, que es la causante de los males que tanto Manuel Vázquez Portal como Yoani Sánchez, y anteriormente otros describen con gracia y objetividad. Que el periodismo es, además del retrato del instante, verdad en lo que se dice y hechizo en como se dice. Y ambos, Vázquez y Sánchez, a la distancia de diez años, han sabido orientar la mirada hacia los padeceres comunes de la sociedad toda, y han trazado con colores hermosos una realidad verdaderamente espeluznante. Y ese es mi único objetivo: demostrar que el congelamiento de las calamidades del cubano tiene un sólo y único culpable: su gobierno castrista. No vengan ahora los tergiversadores a sacar tripas de donde hay corazón. Vean estas dos nuevas crónicas


LA PROPINA, LA MERIENDA Y LA JABITA
Por Manuel Vázquez Portal, Grupo de Trabajo Decoro.
LA HABANA, enero, 7 de1999. wwwCubanet. org - En ausencia de un salario decoroso, el cubano tiene tres razones muy poderosas para mantenerse trabajando.
Los unos, laboran solamente por la alegría que a fin de mes les proporciona ser merecedores, caso de que ningún incidente involuntario (ausencias, llegadas tardes, incumplimientos de la norma) los invalide, de una jaba de estímulo que provea a la familia de pasta dental, detergente, jabones, aceite y alguna que otra chuchería inaccesible para un honrado jornalero del estado.
Los otros, cuyo salario no supera los 150 pesos y que pueden hallarse trabajando en empresas de siglas rimbombantes, se mantienen en sus puestos porque la merienda (un bocadito de jamón y queso y alguna rebanada de salchichón, más una cola de latica) les permite, en el breve tiempo de descanso, salir a la calle y vender el apetecible piscolabis a un precio de 20 pesos o un dólar, lo cual le sube ostensiblemente el salario.
Los terceros, quizás los más afortunados de todos, son aquéllos que trabajan directamente con los turistas y reciben de ellos las ansiadas propinas. Los días pueden ascenderles a 5 ó 6 dólares que, aunque obligadamente voluntario, deben compartir con el sindicato, el partido, las organizaciones educacionales y de salud, no deja de colocarlos en una posición de privilegiados. Son los trabajadores mejor remunerados del país. Jamás un profesional, por muy alta que sea su categoría, puede comparárseles.
La propina, la merienda y la jabita, son los mejores estimulantes con que cuenta el estado, única empresa empleadora, para mantener un ejército de menesterosos, dispuestos a desgüazarse entre ellos por tal de obtenerlos. Ningún salario, ninguna ganancia a destajo, ningún pago por contrato, puede equipararse con la propina, la merienda y la jabita.
Pongamos por caso que el trabajador que la recibe gana solamente 150 pesos y que a ello se añada, por ejemplo, 3 dólares de propina diarias, que llevaría a un total de 2,040 pesos, estando el cambio a 21. En el caso de la jabita, valorándola a 25 dólares, el trabajador ganaría 675 pesos. Y en el caso de la merienda vendida se obtendría un total de 750 pesos.
Nada, que si fuera verdad el increíble chiste de que el primer ministro cubano gana solamente 700 pesos al mes, cualquiera de estos dichosos asalariados con propina, merienda o jabita, viviría mejor que el hombre número 1 del país.


DIEZ AÑOS DESPUÉS...



LA VENTAJA DE UNA MERIENDA


Por Yoani Sánchez
Generación Y
Junio 3rd, 2009
Quiero entonar una oda a la merienda diaria que reciben los custodios y el personal de vigilancia de ciertos centros estatales. El pancito con jamón y queso, junto al refresco de cola que lo acompaña, son la razón por la que miles de cubanos siguen en sus puestos de trabajo. Sin la ganancia que trae la reventa de ese refrigerio muchos hubieran abandonado definitivamente sus puestos laborales. Incluso una de las primeras preguntas cuando se busca empleo no es sobre la cuantía del salario –igual de simbólico e insuficiente en todas partes- sino alrededor de la existencia o no de una merienda. Comercializarla en veinte pesos cubanos permite al trabajador duplicar sus entradas, aunque para ello deba abstenerse de comer el tan necesario sustento.
Por todas partes, exhibidos discretamente pero fáciles de encontrar para quienes los buscan, están la botella de Tropi Cola y el bocadito envuelto en celofán. Se les ve a la entrada de las oficinas telefónicas, tras las puertas de cristal de los bancos, en las garitas que resguardan la entrada a los ministerios, en los puntos de venta de boletos de ómnibus, en el interior de los museos y hasta en los cibercafé que ofrecen su lenta Internet a elevados precios. En todos aquellos lugares que necesitan ser custodiados, escoltados, protegidos, hay alguien que se ve obligado a revender su merienda para seguir en guardia. Unas lascas de jamón y otras de queso pueden hacer la diferencia entre ir cada mañana al trabajo o quedarse en casa.

5 comentarios:

  1. Del articulo LA PROPINA, LA MERIENDA Y LA JABITA de mi buen amigo Manuel Vázquez Portal, del Grupo de Trabajo Decoro, doy constancia. Fue una de las últimas entregas que recibí.

    El articulo de Yoani está montado sobre las mismas bases, lo cual demuestra que en Cuba no hay nada nuevo bajo el sol =
    La miseria es la misma.

    ResponderEliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar
  3. Algo pasa con mi computadora. Escribi anteriormente un comentario donde decia que me consta el articulo de mi amigo Manuel, leido por telefono hace diez años...
    Cariños.
    Bueno
    Ya estaré en tierra firme con una buena señal de Internet,

    ResponderEliminar
  4. ya lo enlazaré en mi blog, muchas gracias por su comentario.
    un abrazo desde rosario, argentina fabiana

    ResponderEliminar
  5. Recuerdo a mis potenciales lectores que he decidido moderar los comentarios no porque esté de acuerdo con censura alguna, sino porque no admitiré que se profieran obsenidades o injurias contra terceras personas.
    Gracias

    ResponderEliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.