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miércoles, 25 de noviembre de 2009

DOS MAS DOS, SON 75



HEROE SIN PROPONÉRSELO

Por Manuel Vázquez Portal


Héctor Maseda Gutiérrez es un hombre que ama la libertad y gusta de la verdad. La libertad para él ha sido, y es, el engrandecimiento del ser humano, el respeto al semejante y la posibilidad de pensar y expresarse que tiene cada individuo.


La verdad no la ve como única e irreversible, sino que la asume plural, abierta, susceptible de cambios para que en su fortaleza no devenga dogma irrevocable. Gusta de la discusión sin censura y del diálogo aportador.


Nunca lo vi imponerse como dómine, a pesar de su sabiduría. Nunca lo vi dictar desde la alta cátedra humana que es. De sencillez se engalana su espíritu. De nobleza y generosidad se visten sus acciones. De tesón se construye su cotidianeidad. De perseverancia se hacen sus anhelos. Alcanzó la dimensión de héroe sin proponérselo. Sólo aspiraba a ser un buen ser humano.


Un día me lo presentaron porque él quería hacer periodismo independiente. Venía de la política disidente. Era uno de los líderes del Partido Liberal. De palabra fácil y pensamiento hondo, pidió que lo entrenara. No llegaba a solicitar propaganda para su tendencia política ni a buscar lauros personales. Arribaba a incorporarse al periodismo como búsqueda de la verdad, como vía de apoyo y de defensa de toda la sociedad cubana. Sabía de las imposiciones de la política oficial y de la manquedad de la información que padecía, y aún padece, la nación. Traía sólo la intención de ser útil.


Trabajamos juntos por muchos años. Fue para el Grupo de Trabajo Decoro equilibrio y disciplina. En poco tiempo se convirtió en uno de los periodistas más agudos y prolijos de la pequeña agencia. Si en un principio, quizás herencia de sus quehaceres políticos, sus textos tenían un aliento editorializante, muy pronto alcanzó pleno dominio de las técnicas periodísticas y sus artículos, reportajes y comentarios se distinguieron por su objetividad, veracidad y pulcritud profesional.


Y, tal vez, fue eso lo que no le perdonaron los represores gubernamentales, que fuera lumbre de su propio fuego, que se alzara como individualidad valiosa e imitable, que su ejemplar conducta, su sentido liberador lo distinguiera.


Con veinte años de cárcel quisieron reducirlo, doblegarlo, acoquinarlo. Pero volvieron a chocar con su hombradía. Casi siete años lleva ya Maseda en los calabozos de un régimen despótico y cruel y su hidalguía sigue incólume. Desde la oscuridad de la celda en que lo han confinado se ha erguido sin temores. Desde su celda ha brotado una luz que los agricultores de la sombra desconocen y temen. La luz que envuelve a los amantes de la libertad y la verdad.


De manos de su esposa, Laura Pollán, me ha llegado el libro que Maseda, con entereza e inteligencia, ha trazado en la lobreguez de su encierro. Un libro lúcido y desgarrador. El testimonio de un hombre al cual las calamidades personales no han hecho más que radicalizarlo en su afán de borrar las calamidades que padece su pueblo. La historia fiel de los desesperados y fallidos intentos de un gobierno brutal de silenciar la verdad.


Héctor Maseda se eleva en este libro. No hay fanfarronería ni desplantes en sus narraciones. Hay eso sí, la confianza que los grandes hombres tienen en el futuro. Cuando se hable del presidio político cubano, habrá que acudir a este libro para saber cómo se crecían los héroes de una historia que no ha de repetirse cuando los seres humanos como Héctor Maseda hagan valer sus sueños.





DEUDA


Por Heriberto Hernández


La primera palabra que me viene a la mente, leyendo una noticia reportada por el periodista independiente Guillermo Fariñas (Cubanacán Press) desde Santa Clara, Cuba, es "deuda"


"El prisionero de conciencia Librado Linares García se negó a ser desterrado de su país, hace tres semanas en la prisión de Ariza, provincia de Cienfuegos, al rehusar viajar a España"


La "década de los ochenta", como se le llamaría después, estrenaba sus primeros meses, agitada y confusa. Los viajes de "la comunidad" y después el sismo de "el Mariel", abrieron heridas que sangrarían mucho tiempo. En tanto, los muchachos del "pre", seguíamos centrados en el objetivo, sino único, más importante de nuestra existencia, llamar la atención de la chica que se nos antojaba "la mas linda del mundo" Algo de verdad pudo existir en tal exageración ya que la mayoría coincidíamos. El caso es que todos le odiamos, cuando apareció un día con sus aires despreocupados, la besó al salir, delante de todos nosotros, como si nada extraordinario estuviese pasando y caminaron tomados de la mano, calle abajo.


"Desde que me encontraba en la cárcel Combinado del Este en La Habana, la policía política me ha propuesto la libertad con la condición de abandonar Cuba pero no he aceptado, porque sería el destierro de mi propia patria.".


Años después, un buen amigo y excelente poeta, me habló de sus ideas y su determinación de "hacer algo" para que las cosas en el país fueran de otro modo. Quise saber más pero ese "algo" era tan difuso que me pareció más un deseo que una realidad. Conversamos brevemente en dos ocasiones, una, un simple intercambio de saludos; la otra, de visita yo en casa de mis padres, salí a la puerta de la calle, curioso por ver quien era el joven que mi hermana se apresuraba a salir a ver cuando pasaba todas la tarde a tomar el ómnibus que transportaba a los empleados para el turno nocturno del recién inaugurado central azucarero "Batalla de Santa Clara" Me saludó cordial y me propuso conversar en algún otro momento, sin la premura que imponía la ocasión. No ocurrió.


"No criticamos ni condenamos a ningún hermano nuestro de lucha e ideas, que opte por exiliarse, pues es su derecho plasmado en la Declaración Universal de Derechos Humanos. Además, a todos los que sacaron de la isla para España están muy enfermos, pero yo aunque me muera detrás de las rejas, no saldré de mi tierra".


Yo siento que le debo esta conversación y pienso que todos los que deseamos para Cuba algo diferente, tenemos una deuda con los que decidieron "hacer algo".


Librado Linares García: Camajuaní, 1960. En 1991 obtiene el título de Ingeniero en Control Automático (electrónico) en la Universidad Central de Las Villas. Secretario general del Movimiento Cubano Reflexión. Ha mantenido una trayectoria vertical en la oposición. Fue electo presidente de la comisión No. 11 de Concilio Cubano en 1996. En 1998 funda el Movimiento Cubano Reflexión y luego se integra al bloque "Todos Unidos" en 1999. Condenado a 20 años de privación de libertad durante la ola represiva conocida como La Primavera Negra de Cuba, en el año 2003, padece de pérdida total de visión en su ojo izquierdo y sufre la pérdida paulatina en su ojo derecho, además de estar enfermo con serios trastornos gástricos tras una intervención quirúrgica.




4 comentarios:

  1. Es muy edificante leer cosas así, es bueno escribir para que no olvidemos a estos hombres condenados injustamente. ¡Allí sí hay valentía, allí sí hay hombradía! ¡No hay que olvidar!

    http://regardcubain.unblof.fr

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  2. Las vivencias sobre ellos dos son muy grandes.
    Recuerda que los conocí a ambos y mi respeto y admiración por sus luchas aumentaba a medida que pasaba el tiempo.
    De ti ni que hablar!. Aun recuerdo algunas crónicas que me leias para el programa dominical La Semana en una Hora y luego las pasabamos a Linea Directa con la Prensa Independiente.
    Guau, aquellos eran tiempos...
    y la lucha sigue...
    Un abrazo

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  3. Me gusta el sabor fuerte que le das a las letras

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