Esta sección debo agradecerla a mi amigo, el poeta Manuel Sosa, que tuvo la gentileza de, mientras yo estaba en una cárcel de Cuba, él iba leyendo mis textos y los guardaba. A mi llegada a Estados Unidos, el poeta, desde Atlanta, me hizo llegar un CD-R con el archivo completo.
Por Pablo Cedeño
Grupo de Trabajo Decoro
La Habana, diciembre 18 de 1997. www.cubanet.org El robo en Cuba ha devenido categoría filosófica. Hay todo un sistema teórico que lo justifica, desde la pobreza hasta la ostentación. Hay quien roba porque no le resta otra solución, y hay quien roba porque es la única manera de vivir con ciertas apariencias cubiertas. Hay quien roba porque si no, no come. Hay quien roba porque si no, su niño no tiene patines lineales.
El robo en Cuba es una presencia inapelable, por lo cual se convierte en una categoría social. Es una institución más, que abarca desde todos los sectores hasta todos los niveles. "La peste el que no robe", parece ser la consigna. La raíz, quizás, tenga su asiento en la doctrina oficial. El pueblo manda, todo pertenece al pueblo. Entonces, el pueblo toma todo lo que es de él. No acuséis a nadie.
El robo en Cuba ha adquirido un rango de confiabilidad administrativa: si no se sabe robar, no se sabe dirigir. Desde una simple bodega hasta un gran almacén requieren de un tipo duro, probado. Y si paga la plaza, es decir, el empleo, mejor, porque eso indica que conoce el juego.
El robo en Cuba dejó de ser una mácula moral para convertirse en una cualidad personal: el que no sabe robar, o no quiere robar, es un tipo en el que no se puede confiar.
El robo en Cuba es, para colmos, también una categoría semántica. Ha sufrido una permutación de significado. El significante "robar" ha pasado a ser "buscar", aunque su significado sea el mismo. La "busca" es la posibilidad de robar. Cuando una persona agencia un empleo, no pregunta por el salario, ni por el horario, ni por las condiciones laborales, sino si hay "busca". Si no hay "busca", el empleo no interesa.
El meollo del asunto, y esto lo adivina hasta el Bobo de la Yuca, radica en la política de salarios, en la relación salario/costo de la vida, y por descontado, en la infuncionalidad del sistema económico que engendra el sistema social imperante.
Así que, ¡a robar, camaradas! Que eso ahora se llama "busca".
¡Bravo por 'Pablo Cedeño'! que siempre se nos mostró como un brillante analista de la realidad social cubana.
ResponderEliminarMuy bueno, lo acabo de leer porque estaba de viaje.
ResponderEliminarSaludos atrasados