La límpida canción
El cántaro se quiebra.
Siempre se quiebra el cántaro.
Pero canta la fuente
Siempre la fuente canta,
sin darse cuenta apenas
que ella también es cántaro
Se necesitan miles,
millones,
interminables cántaros
sedientos
para acallar la límpida canción de la fontana,
pero una tarde calla.
Llega a la fuente el cántaro
se sacia,
se desborda,
se derrama,
quiere agotar el agua
que de la fuente mana.
El cántaro se quiebra
siempre
la fuente canta
aunque una tarde exacta
astillas de la nada
silencian su garganta.
El agua que es el alma
simplemente se escapa
no explica la canción
sólo la canta.
¡Que placer poder leer! ¡Poder sentir!
ResponderEliminarHermoso, como todo el poemario que nos has brindado.
ResponderEliminarGracias