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jueves, 13 de junio de 2013

Maduro de regreso a la pajarería


El mandatario venezolano, Nicolás Maduro, quien malbarató una excelente vocación de ornitólogo que lo asaetaba desde la infancia, aseguró el miércoles que el fallecido gobernante Hugo Chávez le hizo otra visita emplumada. La primera aparición ocurrió el 2 de abril, cuando comenzaba la campaña electoral para los comicios del día 14 del mismo mes.

"¡Mira, mira! ...Me está buscando el pajarito. ¡Mira, pasó por aquí!... Después dicen que yo invento; ¡y pasó cantando! Ese pajarito está feliz porque yo estoy trabajando", exclamó Maduro al mostrar, durante un acto en el estado suroccidental de Mérida, el paso de un pájaro y sugerir que podría Chávez.

El gobernante había informado de la aparición de un pajarito por primera vez, cuando en una visita al estado suroccidental de Barinas, contó que se encontró con un "pajarito chiquitico" con el que compartió silbidos y que le hizo recordar a Chávez.

lunes, 3 de junio de 2013

Derechito a la Libreta


Maduro instaura en Venezuela la cartilla de racionamientos al mejor estilo cubano. Es el titular de una información que publica hoy el diario español ABC, según otra información del diario Panorama del estado Zulia.

Ello me hizo recordar inmediatmente una vieja columna que publiqué el domingo 24 de junio de 2007 en El Nuevo Herald de Miami, y que aquí la dejo para los que no me creyeron entonces.

Derechito a la libreta
MANUEL VAZQUEZ PORTAL

El mandatario venezolano, Hugo Chávez, hace dos semanas en su programa
Aló Presidente, el cual desde que mandó cerrar Radio Caracas Televisión
tiene menos competencia, reconoció que en su país están escaseando
algunos rubros alimenticios.


Fue el día que anunció también la creación de la Comisión Central de
Planificación con el objetivo de centralizar la industria y eliminar la
autonomía de las entidades estatales.


En su show unipersonal, en el que a veces canta, recita, cuenta
chascarrillos y dice procacidades, declaró asimismo que se fundarían
doscientas empresas estatales sujetas al modo de producción socialista
para suplir la demanda de las necesidades básicas de la población.

La noticia me lanzó directamente a mi niñez y mi adolescencia. Me trajo
aquel viejo aroma de expropiaciones, estatalización de las empresas,
planes de producción a largo plazo, y racionamientos a más largo plazo,
que produjo la organización socialista en Cuba.

Era la época en que, aunque ya empezaban a escasear, todavía se podía
encontrar chorizos en las bodegas, lápices en las quincallas, zapatos en
las peleterías. Los barberos aún tenían lavanda para untar en los
cogotes de sus clientes, las tintorerías podían almidonar los cuellos de
las camisas, como era la moda entonces, y los ómnibus cruzaban con una
frecuencia de diez minutos. Se alcanzaba a almorzar en un restaurante,
viajar en un tren rápido desde el pueblito de provincia hasta La Habana
y, sin exagerar, celebrarle los quince años a una muchacha con ella
disfrazada de princesa.

Pero ese rezago burgués quedó sepultado por la eficiencia proletaria.
Pronto las empresas estatales comenzaron a fabricar millones de
tornillos, como ordenaba la junta de planificación, que morían de óxido
y olvido en los almacenes porque sus novias, las tuercas, habían sido
propuestas para dos planes quinquenales más adelante y entonces era
necesario crear cien puestos de trabajo más para contabilizar, proteger
y distribuir equitativamente el resultado del sudor de los obreros, y
así las fuerzas productivas crecieron hasta el cómodo estado de no tener
nada que hacer y dedicar su tiempo a vigilarse unos a otros para sacarse
los trapitos sucios en la asamblea del sindicato donde le otorgarían un
ventilador al obrero más destacado del año.

Las empresas agrícolas plantaron cientos de hectáreas de plátano, pero a
las empresas de transporte les faltaban camiones y combustible, y las
fábricas de chicharritas y bananina habían sido acusadas por el Che
Guevara de timbiriches y mandadas a fusilar.


Las camisas de caqui y las botas cañeras junto a una canción de la Nueva
Trova eran el uniforme y el himno con que derrotaríamos el criminal
embargo económico que nos había impuesto Estados Unidos en venganza por
la nacionalización de sus compañías explotadoras.


La leche para nuestros biznietos les llegaría a sus hogares, verdaderas
joyas de las microbrigadas que cada veinte años concluían un confortable
edificio con goteras y todo, por un colosal lacteoducto prometido por el
máximo líder, quien lo inauguraría, ya ancianito, con un breve discurso
de dieciséis horas.


La central nuclear de Juaraguá, instalada en la Perla del Sur, ese
famoso Cienfuegos por sus camarones para turistas, nos libraría del yugo
de la compra de petróleo, cada día más escaso y más caro y, sobre todo,
nos libraría de los molestos apagones que no nos permitían disfrutar el
aleccionador programa sobre la república mediatizada San Nicolás del
Peladero.


Entonces apareció la más leal de las amigas del cubano: la libreta de
abastecimientos. Bastaba de suntuosidades, desigualdades y
acaparamientos. Seis libras de arroz por boca, un pantalón por cada dos
piernas y una sola idea por cabeza. Eso sí era planificación socialista
para el desarrollo a largo plazo. Para que tengan un ejemplo claro,
objetivo, contundente: Vilma Espín murió la semana pasada a los 77 años
de edad y la libreta de abastecimientos cubana aún está vivita y coleando.

En Cuba, la comisión central de planificación que ahora rescata Chávez
del empolvado arcón de herramientas socialistas creo que se llamaba
Junta Central de Planificación, que en el enrevesado aluvión de siglas
que trajo consigo aquella tremolina respondía al eufónico nombre de
JUCEPLAN.


Nada nuevo bajo el luminoso sol del socialismo del siglo XXI. Van
derechito a la libreta. Parece ser que este tipo de gobernante es el
único animal que tropieza cien veces con la misma piedra.



 



 

miércoles, 29 de mayo de 2013

Después de Laura

Después de Laura el verso fue precario,
no tuvo limpidez ni donosura.
Su ritmo se perdió por esa oscura
vereda que enloda el talonario.

Se puso precio al símil legendario,
una tarifa fija a la hermosura.
Oscuros mercaderes de la usura
pusieron al cairel bajo salario.

Petrarca se murió. De Garcilaso
apenas un rumor a veces suena.
De Miguel, en la cárcel, pena y pena.

Quevedo se burló por el camino.
Sin embargo de Soria llega un trino
que nos sana y nos salva de fracaso.

lunes, 27 de mayo de 2013

Fin de temporada

Quedó un sabor de circo en la mirada;

recogen ya la carpa los tarugos,

la pista es un reguero de mendrugos

que se pudren al sol de la alborada.

 
La fiera que rugió desgañitada
bajo el trallar de látigos verdugos
reposa ya en su jaula, y a los yugos
del domador se postra. La elogiada

 
gracia del trapecista ya es olvido,
es olvido también la serpentina
que ondulante agitó la bailarina


frente a los ojos lelos de los viejos.

Es olvido el mago y sus espejos,

pero, al menos, resultó divertido.

 

sábado, 25 de mayo de 2013

Metamorfosis del ángel


Alguna que otra vez hay que morirse,
lograr la impavidez de los glaciales,
saber que los sucesos son iguales,
y a los dioses les basta con reírse.

Alguna que otra vez hay que sentirse
como esos mismos dioses, tan iguales
de fríos, de ajenos, de inmorales.

Alguna que otra vez hay que erigirse
sobre la fetidez, el asco, las traiciones
y desdeñar ensueños y pasiones
sin el menor dolor, sin compromiso.

Alguna que otra vez darle permiso
a la bestia que somos en el fondo
y dormir como un ángel en lo hondo.

miércoles, 1 de mayo de 2013

El hombre que fui ayer


Extraño mucho al hombre que fui ayer,
¡congeniamos tan bien!
que me ha dejado
cierto sabor de amor en el recuerdo.
Creo que discutimos, nos burlamos,
que estuvimos de acuerdo en no ser aburridos
y en aburrirnos si nos daba la gana,
que cautelosos
seguimos
con la vista a una mujer de culo formidable,
que intentamos un verso trascendente,
que después nos cagamos en el verso,
el gobierno, las estrellas, los gnomos
que en la noche
mandamos al carajo no sé bien a qué o a quién
pero sí sé que nos reímos,
como debe de ser
cuando sin miedo
se anda por lo días que nos tocan.
Extraño mucho al hombre que fui ayer,
y es bueno recordarlo con cariño,
mañana extrañaré a este de hoy
y volveré a elogiarme.

lunes, 29 de abril de 2013

Satisfecho de haberla servido


Cuando la patria es un negocio hay que dejársela a los buhoneros. Nada tienen que hacer ahí quienes la aman.
 
Aquellos que la convierten en mercancía, le ponen precio, y la venden. Y tras el turbio regateo, quienes la compran tienen la secreta intención de revenderla con mayores ganancias. Pero ya no es patria semejante mercadería.

Ramera barata es entonces la patria. Quienes la envilecen con semejante tráfago no merecen el nombre de patriotas. Llamadles mercachifles, decidles traficantes.
 
Sépase que la voz hipócrita o el silencio oportunista, mientras se sopesa el precio, no es más que pregón, y luego ardid, de vendedor ambulante. Pero no confundáis jamás el dulce éxtasis con el fragor de una noche de sábanas apuradas.

Váyase el amante tierno con los ojos en alto y el corazón en llamas, satisfecho de haberla servido.  Espere el varón íntegro que la patria verdadera clame otra vez por él y corra a servirla sin rencores.      

domingo, 21 de abril de 2013

Un poema de Bernardo Marqués

En viejos domingos habaneros, siempre le pedía mi amigo Bernardo Marqués que me leyera este poema que en lo ochentas tanto gustabamos. Hoy volví a hacerlo y lo comparto con ustedes.

Carta abierta a Contance Dowling
 
Para Raúl Ortega.
¿Qué habrás hecho con tu vida
Constance  Dowling?
Quiero imaginarte en aquellos años
naturalmente ojizarca y rubia
tus pecas en el rostro
y tus teticas              dos súbitos terrores en el pecho.
¿Qué habrás hecho con tu vida
después de la muerte del poeta
a dónde acudiste esa noche
qué puerta abriste
en brazos de quién
—saciada ya—
te llegó como un trueno la noticia?

Pensemos que después no pudo ser la misma
que su pobre corazón palideció
ya no pudo amar
y bajo siete candados     velos   y     tules
se refugió hasta el fin de sus días
que no fueron suficientes.
 
Cara de primavera adiós. 
¿Debemos tener piedad por  ti y tu alma
Constance Dowling?

Ya ves como la vida juega con nosotros
y  nos depara el pánico       los acertijos indescifrables
que encontró el caminante
el tesoro por cuyo resplandor
pasamos sin ver
sin palpar
pasamos sin pasar.

 ¿Qué habrá sido de ti?
Debes haberte embriagado con un formidable marino
que esa noche violó en ti el último recuerdo
Constance Dowling.

Seguramente después te hallaron destrozada.

No es verdad.

La prensa nunca más trajo noticias tuyas
y  ni siquiera nos llega tu imagen de celuloide
tu imagen fabricada por grandes empresarios
agentes de publicidad
y reporteros.
Tenía razón Pavese:
la muerte vino con tus ojos
eran tus ojos
y el llanto de un hombre atormentado
tres días antes de morir en el hotelucho.   
Afuera la estación perfumaba los rosales.

 Constance Dowling
donde estés
aquí en la tierra como en el cielo
maldigo tu nombre estúpido         y sonoro
y aborrezco con furia
tu mancha negra, tu rostro cerrado.

Y no tendré piedad de ti
Constance Dowling
no lo olvides.

sábado, 20 de abril de 2013

Poemas que se leerán

Poemas como los que les brindo a continuación son una muestras de los que se leerán el jueves 25 de abril a las 8 PM en Iván Galido Estudio, localizado en 2248 SW 8th St. Miami Fl 33135,
cuando varias generaciones de poetas que optaron por la poesía como modo de lucha contra la opresión se presenten ante el público en el recital de Poesía desobediente. Me gustaría compartir con todos esa noche.
 
Luis Felipe Rojas Rosabal
 
los otros modos
esta es mi manera de meter la cabeza. voy a meterla mar adentro, monte adentro, y que vengan a buscarme. soy el buscador buscado  Juan Francisco de La Parra. a mí que vengan a buscarme. meter mi cabeza. furia adentro. Yo salpico y pongo la cabeza sobre las visas nacionales sobre la angustia de ser un descreído un ser abominable y pobre pero pongo mi cabeza  meto las manos la cabeza el pensamiento y los otros se repliegan  me entregan. no la ponen

mitos
el caballo del Cid chorreaba sangre

y no andábamos de juerga era su corcel y yo acarreaba tanques de metal pesados tanques de metal sobre mi espalda el caballo del Cid se desangraba se desjarreta decía el campeador y me daba latigazos yo acarreaba tanques embarcaciones de metal pedazos de la isla para hacerme de un futuro en el azul del mar Caribe caribean trouppe negras que llaman al caballo corcel que se desangra y me desangra Ruiz Díaz de Vivar me llama en una mano el látigo la fusta suave de golpearme en mis ojos flotadores balsas de metal

no andábamos de juerga
el caballo del Cid chorreaba sangre

 

jueves, 18 de abril de 2013

Rosa María Payá: Mi padre aún no es un recuerdo

Eran las 9 y 50 minutos de la noche de ayer 17 de abril cuando mi teléfono emitió ese sonido cómplice que me indica la entrada de un mensaje importante de algún amigo. Solté el libro que leía y pasé a la página líquida. Era Orlando Luis Pardo Lazo. Me avisaba de que Jaime Bayly entrevistaba a Rosa María Payá. Lamenté tener que abandonar la lectura. Pero valió la pena. Bayly (¿significará bahíamente este apellido?) es un periodista agudo y Rosa María una entrevistada de una lucidez asombrosa para su edad.

Me gustó tanto el forcejeo entre Bayly y Rosa María -él quería hacerla llorar y ella lo puso al rente del sollozo- que decidí, más que reseñar la entrevista, brindarla en su totalidad. Aquí tienen a una muchacha que, según dijo, no necesita permiso para soñar y en la que Oswaldo Payá Sardiñas no ha pasado a ser recuerdo sino presencia viva.