Esta sección debo agradecerla a mi amigo, el poeta Manuel Sosa, que tuvo la gentileza de, mientras yo estaba en una cárcel de Cuba, él iba leyendo mis textos y los guardaba. A mi llegada a Estados Unidos, el poeta, desde Atlanta, me hizo llegar un CD-R con el archivo completo.
Dueño de ti, dueño de qué, dueño de nada
Manuel Vázquez Portal
Grupo de trabajo Decoro
LA HABANA, octubre 19, 2001 www cubanet.org. Donde todo el mundo es dueño de todo, nadie es dueño de nada. Y eso lo sabe hasta el más necio. Creerse que uno es dueño de lo que todos se creen dueño es no darse cuenta de que todo es ajeno.
Donde todo el mundo es dueño de todo, reina la anarquía y la desidia. Todo el mundo ordena y nadie obedece. El dueño manda y los demás ejecutan, pero si todo el mundo es dueño nadie ejecuta, y donde nadie ejecuta todos se quedan sin nada.
¿Verdad que parece un trabalenguas?
Pero a mí no se me traba la lengua. La lengua, entre otras cosas deliciosas, se hizo para hablar, y de mi lengua -por lo menos- sí soy dueño, aunque me hayan querido quitar mi derecho a hablar.
Y digo que en Cuba nadie es dueño de nada; o mejor dicho, todo tiene un solo dueño. Si verdaderamente fuéramos dueños de todo no tendríamos que pedir permiso para nada. Pero como realmente no somos dueños de nada, tenemos que pedir permiso para todo. Y si hay que pedir permiso para todo significa que hay un dueño de todo.
En Cuba el dueño de todo parece ser el Estado, pero el estado también es una propiedad privada, o por lo menos, así lo ha sido durante estos cuarenta y dos años en que un solo partido se ha adueñado de él. Y si el partido es el dueño del Estado, y el Estado es dueño de todo, el partido es dueño de todo. Mas si el partido ha estado en manos, durante todos estos años, de una sola persona, esa persona es dueña del partido, y si esa persona es dueña del partido y el partido es dueño del Estado y el Estado es dueño de todo, esa persona es el dueño absoluto, y nadie más es dueño de nada.
Y ésa es la única verdad. El discurso oficial cubano es un trabalenguas. Lo repites de memoria o no puedes repetirlo. Quien no se lo aprende peca y el que se equivoca peca. Así son los trabalenguas. Te lo aprendes rápido y bien o te callas, rápido y bien. Los trabalenguas no dan segundas oportunidades. El que perdió, perdió. Y el pueblo cubano perdió desde el principio, porque no se dio cuenta de que donde todo es de todos, nada es de nadie; y donde nada es de nadie, alguien se lo apropia todo.
Y donde alguien se apropia de todo, es quien lo reparte todo, y a quien lo reparte todo hay que agradecérselo todo y obedecerlo en todo y consultárselo todo y con el tiempo se vuelve tu todo y como es tu todo, tú ya no eres tú, sino parte de tu todo y entonces ni tú eres tuyo.
Y como nada es tuyo y tú no eres tuyo, tienes que pedir permiso hasta para ser tú y cuando quieres ser tú ya no eres nada. Y no eres nada porque tu casa te la dieron y la salud te la dieron y tu educación te la dieron y tu historia te la dieron y tu palabra te la dieron y si quieres ser tú, te quitan todo lo que te dieron y te dejan sin ser tú porque tú no eres tú sino todo lo que te dieron y como lo que te dieron es todo tú, no eres nada.
Y como ellos son un trabalenguas tú no eres más que un trabalenguas. Y los trabalenguas traban las lenguas. Y las lenguas trabadas son las mejores trabas para las lenguas. Amén.
Que genial, me recuerda a Cabrera Infante y a Reinaldo Arenas, quienes tambien se desahogaban en el mundo "alucinante" de los trabalenguas.
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