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miércoles, 29 de mayo de 2013

Después de Laura

Después de Laura el verso fue precario,
no tuvo limpidez ni donosura.
Su ritmo se perdió por esa oscura
vereda que enloda el talonario.

Se puso precio al símil legendario,
una tarifa fija a la hermosura.
Oscuros mercaderes de la usura
pusieron al cairel bajo salario.

Petrarca se murió. De Garcilaso
apenas un rumor a veces suena.
De Miguel, en la cárcel, pena y pena.

Quevedo se burló por el camino.
Sin embargo de Soria llega un trino
que nos sana y nos salva de fracaso.

lunes, 27 de mayo de 2013

Fin de temporada

Quedó un sabor de circo en la mirada;

recogen ya la carpa los tarugos,

la pista es un reguero de mendrugos

que se pudren al sol de la alborada.

 
La fiera que rugió desgañitada
bajo el trallar de látigos verdugos
reposa ya en su jaula, y a los yugos
del domador se postra. La elogiada

 
gracia del trapecista ya es olvido,
es olvido también la serpentina
que ondulante agitó la bailarina


frente a los ojos lelos de los viejos.

Es olvido el mago y sus espejos,

pero, al menos, resultó divertido.

 

sábado, 25 de mayo de 2013

Metamorfosis del ángel


Alguna que otra vez hay que morirse,
lograr la impavidez de los glaciales,
saber que los sucesos son iguales,
y a los dioses les basta con reírse.

Alguna que otra vez hay que sentirse
como esos mismos dioses, tan iguales
de fríos, de ajenos, de inmorales.

Alguna que otra vez hay que erigirse
sobre la fetidez, el asco, las traiciones
y desdeñar ensueños y pasiones
sin el menor dolor, sin compromiso.

Alguna que otra vez darle permiso
a la bestia que somos en el fondo
y dormir como un ángel en lo hondo.

miércoles, 1 de mayo de 2013

El hombre que fui ayer


Extraño mucho al hombre que fui ayer,
¡congeniamos tan bien!
que me ha dejado
cierto sabor de amor en el recuerdo.
Creo que discutimos, nos burlamos,
que estuvimos de acuerdo en no ser aburridos
y en aburrirnos si nos daba la gana,
que cautelosos
seguimos
con la vista a una mujer de culo formidable,
que intentamos un verso trascendente,
que después nos cagamos en el verso,
el gobierno, las estrellas, los gnomos
que en la noche
mandamos al carajo no sé bien a qué o a quién
pero sí sé que nos reímos,
como debe de ser
cuando sin miedo
se anda por lo días que nos tocan.
Extraño mucho al hombre que fui ayer,
y es bueno recordarlo con cariño,
mañana extrañaré a este de hoy
y volveré a elogiarme.