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domingo, 7 de febrero de 2010

OJEADAS





La cola del pan





Por Manuel Vázquez Portal



Por supuesto, el pan no tiene cola -rabo como comúnmente se le dice en Cuba a la cola, y a otra cosa- sino que cola, en la norma cubana del español, significa fila. Pero si escribo: la fila para comprar el pan, estoy seguro de que, además de parecer un redomado comemierda, -coprófago, escribiría un atildado puritano de la lengua- el título perdería su encanto, su capacidad de sugerencia, y hasta su cubanía.
En Cuba se hace colas, no filas. Y el acto se instauró hace mucho, y la han tenido que hacer los últimos y los primeros.
Así que al grano que no es una lección de lingüística elemental lo que me propongo, sino apuntar sobre cierto vicio de ver la historia de la lucha contra la dictadura castrista como si fuera la cola del pan, en la que muchos quieren ser el uno, con la obvia intención de adquirir la mejor y mayor cantidad.
Si pusiera en fila a todos los buenos, hombres y mujeres, que han luchado contra Fidel Castro a lo largo de los últimos cincuenta años, la cola llegaría al cielo y el primero, o el último -que según textos antiguos, los últimos pudieran ser los primeros- podría decirle a Dios: Hasta cuándo, Mijito.
Pero no. Los primeros se empeñan en que son ellos los merecedores de hablar con Dios y denostan de los últimos. Los últimos creen ser los dignos representantes ante el Señor y despotrican de los primeros. Así, la cola se alarga, se alarga, se alarga, se alarga, se alarga...
Y es cuando el enviado de Satanás a Cuba, llama al Maligno por teléfono y le dice: Misión cumplida, Maestro. Aún tengo a ese bando’e comemierdas haciendo colas.

3 comentarios:

  1. ...y esto nos tendría que dar mucho que relexionar...

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  2. ¡Te la comiste, hermano! Abrazos.

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  3. ok
    le pongo comillas a Victor porque estoy bastante floja hoy luego del superbowl!

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