Las palabras infieles
Por Manuel Vázquez Portal
En el atardecer del viernes 19 de febrero de 2010, el subsecretario de estado Adjunto para el Hemisferio Occidental, Craig Kelly, se reunió en la Habana con un grupo de opositores pacíficos.
Unas horas antes había concluido la segunda ronda de las conversaciones migratorias entre la Casa Blanca y el Palacio de la Revolución.
Ambas partes habían declarado hasta ese momento que el cónclave transcurrió en un ambiente de respeto y colaboración y que las discusiones fueron realistas, pragmáticas y productivas.
Todo muy bien.
Sin embargo, luego del cocktailito con los opositores en la residencia del jefe de la Oficina de Intereses de Estados Unidos en la Habana, las ramerísimas palabras cambiaron de vestidos y salieron a otros jineteos.
Los directores de los periódicos más importantes del país recibieron en la madrugada del sábado una nota urgente del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba con la orden expresa de su publicación inmediata. Sin discusión ni corrección de estilo. Había que devolver el golpe con la mayor premura.
La nota decía textualmente: Contrario al espíritu de cooperación y entendimiento mostrado por la parte cubana, una vez efectuadas las conversaciones migratorias, la delegación norteamericana convocó a decenas de sus mercenarios, a quienes incluso transportó a la residencia del Jefe de la SINA, demostrando nuevamente que sus prioridades se relacionan más con el apoyo a la contrarrevolución y la promoción de la subversión para derrocar a la Revolución Cubana que con la creación de un clima conducente a la solución real de los problemas bilaterales.
Añade la nota de la cancillería cubana: Desde el propio día de su llegada al país, el jefe de la delegación norteamericana fue advertido por el Ministerio de Relaciones Exteriores sobre nuestro rechazo al aprovechamiento de su breve estancia para organizar un evento provocador, ajeno al espíritu de las conversaciones migratorias.
Y luego puntualiza la declaración cubana: Con esta conducta ofensiva hacia las autoridades y el pueblo cubano, el gobierno norteamericano confirma que siguen en vigor los instrumentos de la política subversiva contra Cuba, pone de manifiesto su falta de voluntad real para mejorar los vínculos con nuestro país y para dejar atrás las acciones de burda injerencia, que históricamente han sido el mayor obstáculo a la normalización de las relaciones entre ambos países.
A todo ello, un alto funcionario del Departamento de Estado respondió escuetamente: Hemos dejado muy claro que tenemos una diplomacia mundial de relacionarnos con las sociedades así como los gobiernos. No estamos inclinados a hacer excepciones.
Qué lindo, ¿verdad? No saco conclusiones.
O lo que equivale quizás a aquello de "a palabras necias, oídos sordos".
ResponderEliminarAbrazos,
Víctor